Core Power se prepara para construir centrales nucleares flotantes en la costa de EE.UU.

Core Power se prepara para construir centrales nucleares flotantes en la costa de EE.UU.

Un ambicioso plan de los ingenieros energéticos británicos.

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La empresa británica Core Power ha anunciado recientemente sus grandiosos planes: en el transcurso de diez años, una flota de centrales nucleares flotantes aparecerá frente a las costas de Estados Unidos.

La energía nuclear está viviendo un renacimiento: cada vez más países recurren a esta fuente para resolver diversas necesidades. Sin embargo, la expansión del sector no se ve obstaculizada por la dificultad de fabricar reactores, sino por el proceso de construcción. Demasiado tiempo y dinero se gastan en la búsqueda de terrenos, la construcción de cimientos e infraestructuras, así como en interminables aprobaciones, permisos y licencias.

Core Power ha encontrado la manera de sortear estos obstáculos y acelerar el proceso: la empresa combinará reactores de cuarta generación con métodos probados de construcción naval modular. De esta manera, las centrales nucleares flotantes podrán ensamblarse como si fuera una línea de producción en serie. El proyecto ha sido bautizado como "Liberty", en honor a los famosos barcos de transporte estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial, que se construían en un tiempo récord de cuatro días. Este nombre también subraya la orientación estadounidense del programa: los desarrolladores quieren basarse en los prestigiosos estándares de seguridad nuclear de EE.UU. para que sus buques y estaciones puedan operar en todo el mundo.

Cada instalación se basará en un reactor compacto de nueva generación, una versión mejorada de un diseño de los años 50. En lugar de las tradicionales barras de combustible refrigeradas con agua a alta presión, aquí se emplea un enfoque completamente diferente: el combustible nuclear se mezcla con sales de fluoruro fundidas. Esta mezcla no solo actúa como refrigerante, sino que también modera los neutrones, permitiendo mantener la reacción en cadena. Todo el sistema opera a presión atmosférica normal.

Por supuesto, este método tiene sus desventajas, pero sus ventajas son innegables. Los reactores resultan compactos y de construcción sencilla. No requieren sistemas de refrigeración complejos, ya que la circulación del refrigerante ocurre de forma natural. Y lo más importante: la propia física del proceso impide reacciones incontroladas, garantizando la seguridad en zonas costeras. Además, el mantenimiento de estas instalaciones es mucho más sencillo: basta con filtrar el combustible gastado de la mezcla salina y añadir nuevo. No obstante, los ingenieros de Core Power afirman que sus centrales podrían operar durante toda su vida útil con una sola carga de combustible.

Las estaciones pueden transportarse fácilmente a donde se necesiten, evitando largos trámites burocráticos y conflictos con activistas medioambientales. Si cambia la demanda o la situación política se vuelve inestable, la instalación puede remolcarse rápidamente a otro lugar. Además, las centrales flotantes pueden regresar a su base para mantenimiento o desmantelamiento. Su ubicación en la costa permitirá suministrar energía a regiones donde más se necesita.

Por supuesto, ya se ha intentado construir centrales nucleares en el mar. Los reactores llegaron a submarinos y buques en 1954 con el lanzamiento del USS Nautilus, y la primera central nuclear flotante entró en funcionamiento en 1967. En 2019, Rusia revivió esta idea, y ahora ha despertado el interés tanto de estadounidenses como de británicos.

Sin embargo, Core Power ha ido más allá. La producción en masa de reactores flotantes es solo el inicio de un programa a largo plazo. En el futuro, la empresa quiere convertir las instalaciones nucleares en el motor habitual de los buques comerciales. Más aún, los reactores ayudarán en la desalinización del agua y la producción de hidrógeno "verde" para otras necesidades energéticas.

Se fabricarán dos tipos de centrales flotantes. La primera serán barcazas energéticas compactas, amarradas directamente en puertos y zonas costeras. La segunda consistirá en potentes complejos de generación diseñados para su instalación en mar abierto. Gracias a la tecnología de producción modular, la empresa podrá crear rápidamente toda una flota de infraestructura nuclear. Además, un astillero central será responsable de todo el ciclo de servicio: desde la puesta en marcha hasta la gestión de residuos.

Los pedidos comenzarán a recibirse en 2028, y las primeras unidades saldrán de los astilleros en la década de 2030. Antes de iniciar la producción, deberán completarse tres fases. Primero, los ingenieros perfeccionarán el diseño y crearán un marco regulador, desde licencias hasta normas de comercio internacional. Luego, la empresa se enfocará en encontrar proveedores y capacitar a especialistas. En la fase final, se pondrán en marcha las líneas de producción y se optimizarán los procesos comerciales.

Paralelamente, Core Power contribuirá a la creación de nuevos estándares de seguridad para la flota nuclear. La empresa ya ha acordado colaborar con la Organización Marítima Internacional y el Organismo Internacional de Energía Atómica.

Pronto se elegirá un sitio en EE.UU. para el astillero principal. Según el director ejecutivo de Core Power, Mikal Bøe, el proyecto Liberty abrirá un nuevo mercado con un valor estimado de 2,6 billones de dólares. La construcción en astilleros garantizará el cumplimiento de plazos y presupuestos con precisión. Se puede decir que este proyecto no solo proporcionará una fuente confiable de energía para la industria y el transporte, sino que también cambiará el propio modelo de organización del comercio global.

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