Un concurso inusual prepara al mundo para el Día Q.
Mientras en la comunidad cripto crecen las discusiones sobre la posible amenaza que representan los ordenadores cuánticos para la seguridad de Bitcoin, un grupo de especialistas del proyecto Project11 ha decidido pasar de la teoría a la práctica. El equipo, conformado por criptógrafos, desarrolladores de software, físicos y expertos en inteligencia artificial, ha lanzado un concurso cuyo objetivo es poner a prueba la resistencia de la criptografía de Bitcoin ante futuros ataques cuánticos.
A los participantes se les propone competir por el premio Q-Day Prize, valorado en 1 BTC. Este galardón será otorgado al primer equipo que logre romper una versión simplificada de la criptografía de Bitcoin utilizando una computadora cuántica. El concurso estará abierto hasta el 5 de abril de 2026.
El objetivo del desafío es verificar la vulnerabilidad de la criptografía basada en curvas elípticas (ECC), utilizada para proteger numerosos sistemas digitales, incluyendo los monederos de BTC. Los participantes deberán aplicar el algoritmo de Shor, que ha demostrado teóricamente su capacidad para romper ECC si se cuenta con un procesador cuántico lo suficientemente potente. Sin embargo, en lugar de usar claves de 256 bits como en Bitcoin, los organizadores han planteado un modelo más sencillo, con claves que van de 1 a 25 bits de seguridad.
Según los organizadores, incluso romper una clave de 5 bits ya sería un logro considerable. Aunque esto está lejos del nivel real de protección de BTC, a medida que avancen las tecnologías cuánticas, la amenaza solo crecerá. En Project11 destacan que es necesario prepararse desde ahora, ya que cuando los ordenadores cuánticos alcancen la potencia necesaria, será demasiado tarde.
Los autores del proyecto estiman que actualmente más de 6,26 millones de BTC están potencialmente en riesgo — casi un tercio de todas las monedas en circulación. También se consideran vulnerables más de 10 millones de direcciones con saldo distinto de cero, cuyos propietarios ya han revelado sus claves públicas. Esto se debe a que una dirección de bitcoin es una derivación de la clave pública, y si esta se ha expuesto durante operaciones previas, los fondos en esa dirección podrían convertirse en objetivo para los atacantes cuánticos.
El proyecto ya ha publicado una base de datos con las direcciones que podrían estar en peligro. Allí se puede comprobar si una dirección específica figura en la lista de vulnerables. Deberían prestar especial atención quienes hayan utilizado scripts tipo P2PK o realizado transacciones desde direcciones P2PKH, ya que en estos casos la clave pública puede quedar expuesta en la blockchain.
El equipo de Project11 exhorta a los usuarios a no esperar a la era cuántica, sino a transferir desde ahora sus fondos a nuevas direcciones creadas con monederos modernos y seguros. Lo más importante es evitar reutilizar direcciones antiguas, especialmente si ya se han efectuado transacciones desde ellas. Este paso, según los impulsores del proyecto, puede reducir considerablemente el riesgo de perder fondos cuando llegue el denominado “Día Q”.