Estados Unidos sigue intentando poner en pausa el desarrollo del gigante asiático.
Estados Unidos se prepara para una tercera ola de sanciones contra China, que nuevamente afectará la exportación de tecnologías de semiconductores. Las nuevas medidas alcanzarán a 140 empresas, incluidas fabricantes de equipos como Piotech y SiCarrier Technology. El objetivo es claro: frenar el avance de China en inteligencia artificial e industria militar, privándola de componentes críticos.
Las autoridades estadounidenses planean prohibir por completo el suministro de chips avanzados de memoria y de 24 tipos de equipos para la fabricación de microchips.
La lista de empresas afectadas por estas restricciones podría incluir a más de un centenar de fabricantes chinos adicionales. Se les prohibirá colaborar con proveedores estadounidenses sin licencias especiales, que casi nunca son aprobadas. Entre las compañías que podrían entrar en la lista negra se encuentran los fondos de inversión Wise Road Capital y Wingtech Technology.
Las sanciones también impactarán la exportación de chips de memoria de alta velocidad, esenciales para el entrenamiento de inteligencia artificial. Las restricciones no se limitarán a Estados Unidos; se extenderán a países aliados como Israel, Corea del Sur, Taiwán, Malasia y Singapur. Washington busca involucrar deliberadamente a sus socios para aumentar la presión sobre China.
Pekín no oculta su descontento. Las autoridades chinas ya han declarado que las acciones de Estados Unidos amenazan el comercio global. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, acusó a Estados Unidos de intentar sabotear el desarrollo económico y prometió tomar medidas de respuesta para proteger los intereses nacionales.
El enfrentamiento no es nuevo. El mayor productor de semiconductores de China, SMIC, está bajo sanciones desde 2020 y probablemente enfrentará aún más dificultades. Las empresas más pequeñas tampoco están exentas. A pesar de esto, Pekín continúa fortaleciendo su posición en la producción de semiconductores y busca reducir su dependencia de otros países.
La administración de Biden comenzó a limitar el acceso de China a tecnologías avanzadas en 2022. Ahora, las nuevas restricciones se debaten en medio de un cambio de poder en Estados Unidos. En unas semanas, Donald Trump regresará a la presidencia, pero los expertos consideran que la política dura hacia los competidores en el mercado tecnológico probablemente no cambiará.