¿Por qué una cuenta en redes sociales se ha vuelto más valiosa que un apartamento y por qué incluirla en un acuerdo prenupcial?
Las disputas legales sobre la división de activos de influencers en redes sociales son cada vez más complejas y confusas. El caso que enfrentaron Kat y Mike Stickler tras su divorcio es un ejemplo ilustrativo. Uno de los activos más importantes de la pareja, la cuenta "MikeAndKat" en TikTok y YouTube, atrajo a unos 4 millones de seguidores, y nadie sabía cómo dividir de manera justa el perfil entre los exesposos.
Según Kat, el juez que llevaba el caso no comprendía de inmediato cómo valorar la cuenta, ya que "es un área completamente nueva". La principal fuente de ingresos de la pareja, como la de millones de estadounidenses, provenía de las redes sociales; sin embargo, su actividad es más complicada que un trabajo convencional. Publicar contenido para una audiencia de millones requiere atención constante, ya que cualquier cambio en el contenido podría ocasionar la pérdida de seguidores y, en el caso de la pareja, en la reducción de ingresos.
Los abogados que intentan valorar las cuentas se enfrentan a mayores desafíos que en la división de propiedades. El éxito de una cuenta puede depender directamente de quién la gestione. En el juicio, Kat destacó que, si ella mantenía la cuenta, continuaría creciendo. Y Kat tenía razón: después del divorcio, cambió el nombre del canal a "KatStickler" y aumentó la cantidad de seguidores a casi 10,5 millones. Además, la presencia de Kat en Instagram*, YouTube y Facebook* alcanzó un total de 3 millones de seguidores, y los ingresos de estos canales le permitieron comprar un apartamento e invertir en un pequeño negocio.
Mike se quedó con el canal de YouTube, que ahora está casi inactivo, y actualmente trabaja en ventas.
La industria de la influencia en plataformas sociales se desarrolla rápidamente. En EE.UU., 27 millones de personas trabajan como creadores de contenido, y para el 44% es su única fuente de ingresos. Los ingresos principales de estas personas provienen de acuerdos publicitarios, y en 2023 las marcas estadounidenses pagaron 26 mil millones de dólares para promocionar productos a través de influencers. Además, el valor de las cuentas no solo se basa en los ingresos actuales, sino también en su potencial, y cada uno de los esposos debe justificar su papel en este éxito.
Cuando los exesposos gestionan la cuenta de forma conjunta, es difícil evaluar quién contribuyó más en la creación del contenido, quién generó más ideas o dedicó más tiempo a la edición. En algunos casos, uno de los socios es la fuerza impulsora de toda la cuenta, lo que complica aún más el proceso de división del perfil.
Las disputas legales entre influencers han llevado al desarrollo de nuevos enfoques jurídicos. Algunas parejas, como Reza y Puja Khan, quienes comparten una cuenta con una audiencia de cinco millones, consideran su cuenta como un proyecto conjunto y prefieren contratar asesores financieros para gestionar los ingresos en rápido crecimiento. Sin embargo, la idea de dividir su "imperio" aún parece lejana.
La situación puede complicarse para quienes han popularizado sus relaciones personales o la vida familiar, ya que el divorcio cambia la percepción de la audiencia y puede afectar negativamente al negocio. En algunos casos, los exesposos renombraron sus cuentas para distanciarse de su antigua imagen, aunque esto también implica riesgos.
Otra influencer, Vivian Tu, conocida por sus publicaciones sobre educación financiera, comprende la naturaleza a corto plazo de una carrera en redes sociales, similar a la de los deportes: la popularidad puede disminuir debido a cambios en los algoritmos o a la migración de la audiencia hacia otras tendencias. Tu se está preparando para una vida fuera de las plataformas, creando fuentes de ingresos adicionales: escribe un libro y presenta un pódcast. Además, Tu ha incluido sus cuentas en un acuerdo prenupcial para proteger sus activos personales de posibles disputas.
Las disputas sobre la división de activos en el ámbito digital muestran que los logros en redes sociales hoy en día no son menos relevantes que los de los negocios tradicionales en cuanto a su impacto en la vida financiera y personal.
* Meta y sus productos han sido declarados como extremistas, y su actividad está prohibida en Rusia.