Cómo los hackers destruyen sus datos: métodos secretos de protección

Cómo los hackers destruyen sus datos: métodos secretos de protección
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Los secretos de los ciberdelincuentes siguen siendo uno de los mayores retos para los forenses digitales. Desde tecnologías capaces de aniquilar información al instante hasta sofisticadas trampas plantadas en el lugar del registro, los hackers hacen todo lo posible para impedir que las fuerzas del orden accedan a sus datos. Estas medidas no solo ponen en peligro el éxito de las investigaciones, sino que también muestran lo lejos que puede llegar el pulso entre la tecnología y la ley.

Errores de la informática forense: ¿encender o apagar los dispositivos?

Uno de los fallos más comunes durante los registros es intentar encender el dispositivo del sospechoso en el mismo lugar. En su afán por obtener acceso rápido a la información, los agentes pasan por alto los principios básicos de la criminalística digital. Cuando el equipo se enciende, los datos hallados se graban en vídeo, lo que teóricamente ayuda a fijar pruebas; sin embargo, desde la perspectiva forense, este paso suele romper la cadena de custodia.

Todo dispositivo en manos de los investigadores debe desconectarse de inmediato de la fuente de alimentación. Lo ideal es precintarlo y enviarlo a un laboratorio, donde expertos puedan realizar un análisis en profundidad. Ignorar esta regla entraña riesgos: los hackers suelen preparar sus equipos contra el acceso no autorizado. Mecanismos integrados pueden borrar datos al encenderse o incluso al variar la posición del chasis, de modo que cada minuto resulta crítico durante la incautación de pruebas.

Cifrado: por qué no siempre salva

El cifrado se presenta como barrera fiable para proteger datos, pero su eficacia es limitada. Los hackers utilizan contenedores cifrados y discos encriptados, aunque la presión de los investigadores puede neutralizar rápidamente esta defensa.

La coacción física —amenazas de ingreso en un centro de detención preventiva (SIZO), ofertas de medidas cautelares más suaves o simple incomodidad— suele bastar para que los detenidos revelen sus contraseñas. En tal escenario, el cifrado deja de ser una barrera eficaz, y la única vía de protección pasa por destruir la información.

USB killer: eliminación instantánea

Entre las herramientas favoritas de los hackers para aniquilar equipos al instante destaca el USB killer. Este dispositivo, idéntico a una memoria USB convencional, destruye la placa base del ordenador en fracciones de segundo.

Su funcionamiento se basa en inyectar un potente impulso eléctrico por el puerto USB, lo que inutiliza componentes clave del sistema.

Ventajas del USB killer

  • Velocidad. Interrumpe el funcionamiento del equipo de forma inmediata.

  • Diagnóstico difícil. Determinar la causa de la avería resulta complejo sin un análisis detallado.

  • Camuflaje. Puede confundirse con una memoria USB corriente.

El punto débil: no toca los datos del disco duro, por lo que la información puede recuperarse en laboratorio. Sin embargo, para cuando se extraigan los datos, el detenido ya suele contar con abogado, reduciendo las posibilidades de nueva presión.

Trampas para los forenses: cuando la curiosidad se castiga

Algunos hackers usan USB killers no solo para proteger sus datos, sino también como señuelo. Dejan el dispositivo a la vista con la esperanza de que un agente lo conecte y destruya por sí mismo pruebas cruciales.

La estrategia conlleva riesgos: si se conecta accidentalmente a otro ordenador, puede dañar equipos de la propia policía. Aun así, los hackers la consideran un recurso válido cuando cada prueba puede jugar en su contra.

Destrucción electromagnética: alta tecnología al servicio del secreto

Un método aún más avanzado es el borrado electromagnético. Estos sistemas se activan automáticamente si la torre pasa de posición vertical a horizontal o sufre manipulaciones. El impulso electromagnético destruye la información almacenada, haciendo su recuperación prácticamente imposible.

Requiere soluciones de ingeniería complejas y una inversión significativa, pero asegura una protección casi total. Se emplea sobre todo en niveles muy altos de la ciberdelincuencia, donde la información tiene un valor incalculable.

Conclusión

Los métodos de destrucción urgente de datos demuestran la importancia que la información tiene para los hackers. Ya sean USB killers, borrado criptográfico o sistemas electromagnéticos, todos buscan reducir al mínimo las posibilidades de éxito de la investigación.

La carrera entre tecnología y contra­medidas se complica cada día, y los errores al manipular un equipo sobre el terreno pueden despojar al proceso de pruebas clave. Conocer estos métodos y sus límites resulta esencial para diseñar estrategias de lucha contra la ciberdelincuencia más eficaces.

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