Una ola de confesiones desde fábricas ha catapultado a DHgate al trono de la App Store.
TikTok se ha visto envuelto en una oleada de revelaciones procedentes de China: usuarios que aseguran trabajar en fábricas locales afirman estar produciendo artículos para algunas de las marcas de lujo más reconocidas del mundo. A raíz de estas afirmaciones, la plataforma china DHgate ha ganado una popularidad explosiva.
Hasta hace poco, este marketplace era mencionado principalmente en foros reducidos como Reddit, pero ahora lidera el movimiento conocido como "cultura dup" —una tendencia que promueve la búsqueda de réplicas económicas de productos de diseñador. Fundada en 2004, la plataforma, que ofrece más de 40 millones de productos de un millón de proveedores mayoristas, se ha convertido de pronto en el centro de atención. En solo un día, la app saltó del puesto 22 al 14 entre las más descargadas en la categoría de comercio del App Store estadounidense, y en Reino Unido alcanzó el primer lugar, superando incluso a otros servicios populares como Temu y Vinted.
El interés por la plataforma ha sido impulsado por videos virales en los que los autores afirman trabajar en la producción de artículos para casas de moda. Según sus declaraciones, muchos productos de lujo se fabrican en realidad en China. Si bien ya era conocido que marcas como Nike o Lululemon fabricaban en el país asiático, las menciones de Louis Vuitton, Dior, Chanel, Gucci, Hermès y Prada provocaron un gran revuelo en las redes.
Los creadores de contenido aseguran que en Europa los productos simplemente reciben logotipos oficiales para justificar la etiqueta “Made in Italy” o “Made in France” y venderse por precios desorbitados. Algunos influencers van más allá y muestran sus propias compras. Por ejemplo, la usuaria Madds Santa comparó una cartera de Louis Vuitton de $800 comprada en tienda oficial con una versión idéntica de DHgate por $100, concluyendo que la calidad, la costura y los materiales eran prácticamente iguales.
“Si compras un bolso Gucci en DHgate, es el mismo que en la tienda, solo que sin etiqueta. Estás pagando de más solo por la marca”, declaró la influencer Jusnene en un video que ya supera el millón y medio de visualizaciones.
Una opinión similar expresó la creadora Ebony Brown en otro clip con casi 3,5 millones de vistas: “Gastamos miles de dólares en cosas que en realidad se hacen en China, no en Italia. En Italia solo les ponen la etiqueta del diseñador”. Según ella, esa es precisamente la razón por la que “las personas más ricas prefieren comprar artículos inspirados en marcas famosas”.
Sin embargo, los expertos del sector piden cautela ante tales afirmaciones. Oren John, estratega de marcas que visita regularmente fábricas en China, considera que este fenómeno es parte de una campaña para promover réplicas a través de TikTok.
“Sucede mucho menos de lo que insinúan. Definitivamente no te van a vender un bolso de Hermès fabricado en China”, enfatiza el especialista.
La moda de buscar imitaciones económicas de artículos de lujo plantea importantes dilemas éticos y legales. Aunque muchos vendedores en DHgate evitan utilizar logotipos registrados, sus productos imitan con tal precisión el diseño original que caminan al borde de la legalidad. Expertos del mundo de la moda advierten que apoyar, incluso indirectamente, a los fabricantes de falsificaciones socava la protección de la propiedad intelectual y contribuye a la violación de derechos laborales en países con regulaciones débiles.
Es revelador que esta oleada de videos coincida con el recrudecimiento de la guerra comercial entre EE. UU. y China. A principios de abril, Washington impuso un arancel del 145% sobre importaciones chinas, a lo que Pekín respondió con una tarifa del 125% sobre productos estadounidenses.
Aunque no existen pruebas directas de que estos contenidos virales estén relacionados con acciones de las autoridades chinas, su proliferación en medio de tensiones bilaterales plantea muchas preguntas. Tantas, que el fenómeno ha sido bautizado como “la guerra comercial en TikTok”. La propia plataforma, propiedad del gigante asiático, ya ha sido pieza de negociación antes: el expresidente Donald Trump insinuó una posible relajación de aranceles si la aplicación era vendida a una empresa estadounidense.