¿Despedir a 1.300 empleados para hacer las cosas más seguras? Brillante, señor Trump

¿Despedir a 1.300 empleados para hacer las cosas más seguras? Brillante, señor Trump

A veces hay que tirar todos los cubos a la basura para apagar un incendio.

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En la estructura de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de EE. UU. (CISA) se preparan recortes masivos que podrían cambiar drásticamente el rostro del principal organismo responsable de proteger la infraestructura digital y crítica de Estados Unidos. Según fuentes familiarizadas con los planes, la agencia está considerando despedir a unos 1300 empleados, lo que representa aproximadamente la mitad del personal permanente y el 40% del número de contratistas.

Se presta especial atención al Centro Nacional de Gestión de Riesgos (NRMC), que se encarga del análisis sistémico de amenazas para los sectores más importantes del país. Algunas de sus funciones podrían ser transferidas a otra división —ciberseguridad— lo que diluiría de hecho la función analítica única del centro.

Las fuentes destacan que el proceso de distribución de los recortes aún no ha concluido. Anteriormente, la administración de Donald Trump ya había cambiado decisiones en el último momento, por lo que los resultados finales podrían diferir de las discusiones actuales. Sin embargo, la dirección hacia el debilitamiento de la agencia sigue siendo evidente.

Anteriormente, el canal CBS News informó sobre la preparación para despedir a 1300 empleados. Representantes oficiales de CISA se negaron a hacer comentarios. Previamente, Trump acusó a la agencia de censura y de trabajar de manera ineficiente en temas de interferencia electoral y difusión de desinformación. Ordenó una revisión completa de las actividades de la agencia durante los últimos seis años y revocó las autorizaciones de acceso a información clasificada de su primer director, Chris Krebs.

El senador Rand Paul, quien encabeza el comité de seguridad interna, se pronunció abiertamente a favor de la disolución de CISA. Considera que la agencia viola los principios de la libertad de expresión al bloquear puntos de vista cercanos al público conservador.

Los posibles recortes también afectarían al Departamento de Interacción con las Partes Interesadas (SED), así como a las oficinas regionales de la agencia. Según una versión, la administración está considerando convertir a los líderes de estas divisiones en designaciones políticas, lo que ha generado preocupación sobre la pérdida de independencia y profesionalismo en áreas estratégicamente importantes.

El grupo de caza de amenazas, que se encarga de identificar y neutralizar ciberataques, permanecerá, pero su número de miembros se reducirá. Esto podría afectar la capacidad de la agencia para responder rápidamente a los incidentes.

Además de los recortes, el Departamento de Seguridad Nacional, del cual forma parte CISA, ha ampliado su programa de salida voluntaria. A los empleados se les ofrece una jubilación anticipada o una indemnización de hasta 25 mil dólares si aceptan dejar sus cargos en el corto plazo.

Simultáneamente, el senador Ron Wyden está bloqueando el nombramiento de Shawn Plankey como jefe de CISA, exigiendo la publicación de un informe sobre los problemas de seguridad en el sistema de telecomunicaciones estadounidense. Esto crea una incertidumbre adicional sobre el futuro de la agencia, que se encuentra en el centro de reestructuraciones políticas y de personal.

Los planes de la administración Trump ya han generado preocupación entre los expertos en ciberseguridad, ya que CISA desempeñó un papel clave en garantizar la resiliencia de la infraestructura estadounidense frente a amenazas externas e internas. Los expertos temen que transformaciones tan radicales puedan socavar la capacidad de EE. UU. para proteger de manera eficaz sistemas digitales críticos.

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