TSMC le hizo un "regalo prohibido" a Huawei: ahora afronta las consecuencias

TSMC le hizo un "regalo prohibido" a Huawei: ahora afronta las consecuencias

Los reguladores estadounidenses están preparando un proyecto de ley que podría dejar atónito a un fabricante de chips.

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El mayor fabricante de chips por contrato del mundo, TSMC, podría enfrentarse a una multa récord del Departamento de Comercio de EE. UU. El motivo es una supuesta violación del control de exportaciones: la empresa podría haber fabricado un chip diseñado por la firma china Sophgo, que terminó integrado en el procesador de IA Huawei Ascend 910B.

Se trata de un procesador descubierto por los analistas de TechInsights el año pasado. Tras el desmontaje de uno de los chips de Huawei, los expertos identificaron que incluía un componente fabricado en las instalaciones de TSMC. El diseño coincidía con uno encargado previamente por Sophgo, una empresa china que, según los expertos, podría haber actuado como intermediaria para eludir las sanciones e imposiciones contra Huawei.

El Departamento de Comercio de EE. UU. lleva investigando desde el otoño de 2023. Según la legislación estadounidense, las empresas que infringen las normas de exportación pueden ser multadas con hasta el doble del valor de las transacciones prohibidas. En el caso de TSMC, las posibles sanciones podrían superar los mil millones de dólares, considerando la escala de producción: se trata de casi tres millones de chips.

Aunque TSMC insiste en que cesó todos los envíos a Huawei en septiembre de 2020 y desde entonces cumple con todas las restricciones, la empresa confirmó que está colaborando con las autoridades estadounidenses y que ha suspendido los envíos a Sophgo. Esta última, a pesar de negar cualquier vínculo con Huawei, fue incluida en la lista de sanciones de EE. UU. en enero de 2025.

Lo particular del caso es que, aunque TSMC tiene su sede en Taiwán, el equipo que utiliza se basa en parte en tecnologías estadounidenses. Esto somete a la empresa al control de exportaciones de EE. UU. y le impone restricciones sobre la fabricación de determinados microchips para clientes chinos sin una licencia.

El agravamiento de las tensiones se produce en el contexto de la reanudación de las negociaciones comerciales entre EE. UU. y Taiwán. La semana pasada, la administración Trump impuso un arancel del 32 % a una amplia gama de importaciones procedentes de la isla, y aunque los semiconductores están por ahora excluidos, se debate la posibilidad de gravar también este sector clave para la economía.

Los planes de inversión de TSMC en EE. UU., incluido el objetivo de construir cinco nuevas fábricas por valor de 100 mil millones de dólares, no han protegido a la empresa de las presiones. La nueva dirección del Departamento de Comercio, incluida la reciente designación de Jeffrey Kessler, ha declarado abiertamente la necesidad de una respuesta contundente ante los intentos de eludir el control de exportaciones.

Hasta el momento no se han presentado cargos oficiales contra TSMC. Sin embargo, normalmente estos casos comienzan con una llamada “carta de acusación”, que especifica el período en el que se habría producido la infracción, su valor y el cálculo de la posible multa. La empresa tiene entonces 30 días para presentar una respuesta y argumentos en su defensa.

El caso de Seagate demuestra que no se descartan multas importantes por infringir las normas de exportación. El año pasado, la empresa pagó 300 millones de dólares por suministrar discos duros a Huawei por un valor superior a mil millones. Pero si se confirman las acusaciones contra TSMC, la multa podría superar varias veces esta cantidad.

En un contexto en el que Huawei está desarrollando activamente sus propias tecnologías y el Ascend 910B se ha convertido en una alternativa a los productos de Nvidia dentro de China, cualquier asistencia por parte de empresas extranjeras es vista por EE. UU. como una amenaza al dominio tecnológico.

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