Morgue digital: cámaras de vigilancia en instituciones médicas causaron cuatro muertes

Morgue digital: cámaras de vigilancia en instituciones médicas causaron cuatro muertes

Los familiares de las víctimas exigen que los perpetradores sean castigados con todo el rigor de la ley.

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En las instituciones psiquiátricas británicas se intensifican los debates en torno al sistema de videovigilancia Oxevision, instalado en las habitaciones de los pacientes. La campaña «Stop Oxevision» exige la suspensión de su uso ante la preocupación por la seguridad, la privacidad y el impacto psicológico en personas que se encuentran en un estado vulnerable. Las protestas fueron motivadas por cuatro casos de muertes de pacientes ocurridas en hospitales donde se utilizaba este sistema.

El sistema Oxevision, desarrollado por la empresa Oxehealth en colaboración con la Universidad de Oxford, permite monitorizar a distancia el pulso y la respiración del paciente mediante una cámara infrarroja. La imagen en alta resolución se muestra únicamente cuando se activa una alarma, y es posible registrar los signos vitales incluso a través de una manta. Según sus desarrolladores, la tecnología debe mejorar la seguridad permitiendo supervisar a los pacientes sin molestarlos durante la noche ni entrar innecesariamente a sus habitaciones.

Sin embargo, en algunos casos se han registrado consecuencias exactamente opuestas. En julio de 2022, Morgan-Rose Hart, de 18 años, que sufría de autismo y TDAH, fue encontrada inconsciente en el baño de una unidad psiquiátrica en Essex. Más tarde se descubrió que no se la había estado supervisando adecuadamente: el personal descartó la señal de alarma del sistema Oxevision sin entrar en la habitación durante 50 minutos. En el informe posterior a la investigación se indicó que el centro había descuidado los controles presenciales, confiando únicamente en la cámara.

A esto siguieron otros trágicos incidentes: Michael Nolan, de 63 años, falleció en una unidad hospitalaria en Basildon, y Sophie Alderman, de 27 años, en Rochford. En ambos casos también se utilizaba el sistema Oxevision. Los familiares de Alderman creen que la cámara agravó el estado de la paciente, quien se quejaba de ser grabada sin consentimiento y sufría ansiedad por la vigilancia constante.

Pacientes que han pasado por esta experiencia relatan una sensación constante de alerta e incapacidad para dormir bajo la mirada fija de la cámara. Una mujer que se identificó como Sofina confesó que se sentía constantemente asustada y no podía relajarse ni siquiera de noche, porque el dispositivo estaba instalado justo encima de su cama.

Además de las emociones de los pacientes, también expresó su preocupación la Comisión de Calidad de la Atención (CQC). En uno de sus informes se señala que el personal confiaba en el sistema Oxevision, aunque en ese momento estaba apagado, lo que resultó en la muerte de otro paciente. Tras el incidente, varios empleados de la clínica fueron despedidos.

También se ha criticado la validez de las investigaciones que citan los defensores de la tecnología. En una revisión del Instituto Nacional de Investigación en Salud se descubrió que la mayoría de los estudios científicos sobre el tema fueron redactados con participación de empleados de Oxehealth, y solo uno fue considerado realmente independiente. Los autores de la revisión subrayan que no existen pruebas concluyentes de que estos sistemas reduzcan costes o aumenten la seguridad.

Los desarrolladores y los centros médicos han sido acusados de sustituir el cuidado humano por la vigilancia digital. Representantes de organizaciones de derechos humanos señalan que las cámaras fueron instaladas en los dormitorios de los pacientes sin obtener su consentimiento informado, lo cual podría vulnerar derechos humanos fundamentales.

Por su parte, la empresa Oxehealth afirma que la tecnología se utiliza de manera ética, que las imágenes de la cámara están desenfocadas y se muestran por no más de 15 segundos, únicamente en situaciones de alarma. Según el fundador de la empresa, Lionel Tarassenko, la tecnología ayuda a reducir los casos de autolesiones y a mejorar el sueño de los pacientes. También afirmó que los empleados de Oxehealth fueron coautores de algunas publicaciones únicamente para garantizar la transparencia de su contribución a las investigaciones.

Las autoridades británicas subrayan que cualquier tecnología de vigilancia debe utilizarse cumpliendo la legislación y respetando los derechos humanos. El Ministerio de Salud del Reino Unido destacó la necesidad de obtener consentimiento obligatorio y de una formación completa del personal. NHS England instó a las instituciones psiquiátricas a revisar sus métodos de vigilancia visual para que sigan siendo humanos y basados en el respeto a la persona.

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