De un solo golpe: EE.UU. corta todos los caminos de China hacia las supercomputadoras

De un solo golpe: EE.UU. corta todos los caminos de China hacia las supercomputadoras

¿Quiénes fueron blanco de las sanciones esta vez?

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El Departamento de Comercio de EE.UU. amplió la lista de empresas sujetas a restricciones de exportación. En ella se incluyeron unas 80 nuevas organizaciones e institutos, entre los que se encuentran seis filiales de Inspur Group, líder del mercado chino de computación en la nube y servicios de big data.

Cinco divisiones de Inspur tienen su sede en China continental, y la sexta, en Taiwán. La autoridad estadounidense afirma que estas organizaciones ayudaron a los militares chinos a acceder a supercomputadoras. La corporación matriz ya había sido objeto de medidas similares en 2023 debido a sospechas de estrecha colaboración con el sector de defensa del adversario.

Junto con las empresas chinas, también fueron objeto de atención organizaciones de Taiwán, Irán, Pakistán, Sudáfrica y Emiratos Árabes Unidos. Las autoridades estadounidenses buscan limitar el acceso de Pekín a tres áreas estratégicas a la vez: computación de alto rendimiento, desarrollos cuánticos e inteligencia artificial avanzada. Una de las mayores preocupaciones de Washington es la posible aplicación de estos avances en el programa chino de armas hipersónicas.

El secretario de Comercio de EE.UU., Howard Latnik, hizo una declaración tajante: “No permitiremos que los adversarios utilicen tecnologías estadounidenses para fortalecer sus fuerzas armadas y crear una amenaza para las vidas de los estadounidenses”. En el Ministerio de Asuntos Exteriores de China estas palabras fueron recibidas como una provocación abierta. Los diplomáticos chinos prometieron tomar todas las medidas necesarias para proteger los derechos e intereses legítimos del sector empresarial nacional.

En una declaración oficial, el Ministerio de Comercio de China afirmó que las acciones de EE.UU. no contribuyen a crear un ambiente propicio para resolver los problemas mediante el diálogo y la cooperación. La embajada china en Washington fue aún más lejos, exigiendo “cesar inmediatamente el uso de temas militares como pretexto para politizar y convertir los asuntos comerciales y tecnológicos en armas”.

Entre otros gigantes tecnológicos chinos, las restricciones afectaron a Nettrix Information Industry Co, Suma Technology Co y Suma-USI Electronics. Todas ellas desarrollan supercomputadoras de exaescala, sistemas capaces de ejecutar más de un quintillón (mil millones de billones) de operaciones por segundo. Esta tecnología ofrece oportunidades sin precedentes para la modelización matemática avanzada, muy útil para el ámbito de defensa. Y no solo ahí: puede aplicarse a todo, desde el diseño de nuevas armas hasta el análisis de grandes volúmenes de datos de inteligencia.

Estas mismas organizaciones estaban relacionadas con la corporación Sugon, también conocida como Dawning Information Industry Co. Esta empresa fue sancionada por EE.UU. en 2019, al descubrirse que sus supercomputadoras eran utilizadas activamente en programas militares chinos. Desde entonces, Sugon ha perdido la capacidad de adquirir tecnologías estadounidenses, aunque continuó operando mediante el uso de las capacidades de producción de otras empresas chinas.

Washington observa con especial preocupación los desarrollos de sus competidores en el campo de la computación cuántica. Los avances en esta área pueden poner en peligro todo el sistema de seguridad de la información existente: con base en principios cuánticos, se podrían crear dispositivos capaces de superar los métodos modernos de cifrado. Estarían en riesgo tanto los canales de comunicación gubernamentales como los sistemas de protección de las operaciones bancarias.

La comunidad científica también resultó afectada. Por ejemplo, el Instituto de Inteligencia Artificial de Pekín (BAAI), uno de los mayores centros de investigación del país, reconocido internacionalmente por sus avances en aprendizaje automático y redes neuronales. Los especialistas locales desarrollaron varios algoritmos revolucionarios aplicables al reconocimiento de voz, visión por computadora y procesamiento del lenguaje natural. La dirección de BAAI intentó presentar una protesta oficial, calificando la decisión de las autoridades estadounidenses como infundada y exigiendo su revisión. Por supuesto, no está claro si en esta situación hay algo que esperar.

Las medidas impuestas prácticamente cortan el acceso de los implicados a las tecnologías occidentales. A partir de ahora, cualquier suministro de equipos o software requerirá una licencia especial del Departamento de Comercio de EE.UU. Obtener ese permiso es extremadamente difícil: los funcionarios rechazan casi todas las solicitudes.

Las nuevas reglas de exportación también están dirigidas contra el complejo militar-industrial iraní. EE.UU. pretende bloquear el acceso de Teherán a tecnologías para la producción de drones y sus componentes. El objetivo final es frenar el desarrollo del programa de misiles balísticos iraní y obstaculizar las investigaciones nucleares no controladas. En este caso todo es más evidente: un cielo pacífico sobre nuestras cabezas es hoy el valor humano más importante.

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