Las baterías de Inlyte están cambiando las reglas del juego en el almacenamiento de energía.
A medida que el mercado mundial de vehículos eléctricos pierde poco a poco el interés por la marca Tesla, una rama menos conocida pero importante de su negocio —los sistemas estacionarios de almacenamiento de energía— se encuentra bajo una creciente presión por parte de sus competidores. Actualmente, Tesla está ampliando activamente la producción de sus instalaciones de baterías Megapack en EE. UU., pero en ese mismo nicho están surgiendo tecnologías capaces de mantener la carga durante mucho más tiempo que las habituales baterías de iones de litio.
Las baterías de iones de litio tradicionales, que utiliza el imperio de Musk, son ideales para almacenamiento de corta duración, generalmente unas cuatro horas. Esto es suficiente para las necesidades actuales de las redes eléctricas, pero los expertos advierten que en los próximos años se requerirá una tecnología capaz de proporcionar energía durante al menos 10 horas seguidas, y a largo plazo —días, semanas e incluso estaciones completas. Esta necesidad está relacionada con el creciente papel de las fuentes renovables (viento, sol, etc.), cuya producción es inestable.
Una de las empresas que propone una solución óptima es la estadounidense Inlyte. Recientemente presentó una batería de hierro y sodio capaz de funcionar de forma económica tanto en ciclos cortos de entre 4 y 10 horas como en operaciones prolongadas durante 24 horas o más.
Hace poco, Inlyte aceleró sus planes de producción al firmar un acuerdo con el fabricante suizo HORIEN Salt Battery Solutions (anteriormente conocido como FZSoNick). Gracias a esta alianza, la empresa tendrá acceso a las capacidades de producción, la experiencia y los contactos de sus colegas suizos, lo que permitirá llevar la innovación al mercado más rápidamente.
Los primeros ensayos exitosos de las nuevas baterías de Inlyte ya se realizaron en la planta piloto de la empresa en el Reino Unido. Ahora se está preparando el lanzamiento de una producción a gran escala en Estados Unidos, bajo el nombre de "Inlyte Factory 1". Allí se planea utilizar los métodos probados de HORIEN, integrándolos con desarrollos propios exclusivos.
Las baterías de sal han atraído la atención de investigadores e inversores desde principios de los años 2000, gracias al uso de materiales accesibles, económicos y ecológicamente seguros. Sin embargo, durante mucho tiempo, los principales desafíos estuvieron relacionados con la baja eficiencia y la escasa durabilidad de este tipo de soluciones.
Inlyte afirma haber solucionado todos esos problemas: tras más de un año de pruebas, las baterías del startup resistieron más de 700 ciclos sin pérdida de capacidad, y su eficiencia total fue del 90 %. La vida útil prevista de estos dispositivos es de al menos 7000 ciclos o unos 20 años, lo que equivale a las características de los análogos tradicionales de sodio-níquel-cloruro, pero con costes significativamente menores.
El año pasado, la empresa adquirió la firma británica Beta Research, cuyos ingenieros ya a finales del siglo XX desarrollaron una batería original de sodio y halogenuro metálico y establecieron su producción en varios continentes. La existencia de una línea de producción lista en el Reino Unido permitirá a Inlyte poner en marcha proyectos piloto de inmediato.
El lanzamiento de su propia planta en EE. UU. está previsto para 2027. Aunque el lugar exacto de construcción aún no se ha revelado, muchos expertos creen que la elección podría recaer en Texas. Este estado, a pesar de la retórica política de los republicanos, sigue atrayendo de forma constante proyectos en el ámbito de las tecnologías verdes.