¿Podrá la industria de la IA adaptarse a las nuevas realidades jurídicas?
Un tribunal federal de EE. UU. ha dictaminado que el uso de contenido protegido por derechos de autor para entrenar inteligencia artificial sin permiso no constituye un uso legítimo (fair use). Sin embargo, según los expertos, la decisión judicial no da una respuesta definitiva sobre la aplicabilidad de este principio a los modelos de IA generativa.
El litigio surgió entre el conglomerado mediático Thomson Reuters y la startup Ross Intelligence, que estaba desarrollando una base de datos de resoluciones judiciales basada en tecnologías de aprendizaje automático. En 2020, Thomson Reuters demandó a Ross Intelligence, acusándolo de copiar ilegalmente materiales de la base de datos Westlaw para construir su propia plataforma.
El juez Stephanos Bibas, del Tribunal de Apelaciones del Tercer Circuito de EE. UU., falló a favor de Thomson Reuters, rechazando los argumentos de Ross sobre el uso legítimo. En su fallo, señaló que la empresa no había creado nada fundamentalmente nuevo, sino que simplemente había utilizado contenido ajeno para desarrollar un producto competitivo. El tribunal se centró en el proceso de entrenamiento del modelo, en lugar de en sus resultados finales.
Este veredicto tiene importantes implicaciones para la industria de la inteligencia artificial, los medios de comunicación y el sector del entretenimiento. Según Alon Yamin, CEO de Copyleaks, confirma que las empresas de IA no pueden depender del fair use como una defensa universal cuando utilizan contenido protegido por derechos de autor. "La decisión judicial enfatiza la importancia de respetar los derechos de propiedad intelectual, especialmente en el entrenamiento de modelos con bases de datos privadas", afirmó .
Al mismo tiempo, sigue sin estar claro cómo este precedente afectará a las empresas que desarrollan modelos de IA generativa. El juez Bibas destacó que la IA implicada en este caso no era generativa, sino que simplemente analizaba y devolvía resoluciones judiciales ya existentes. Esto significa que la situación podría ser diferente para empresas como OpenAI o Anthropic.
Actualmente, la industria espera más litigios. Por ejemplo, The New York Times ya ha demandado a OpenAI y Microsoft, acusándolos de utilizar ilegalmente millones de artículos para entrenar ChatGPT. Además, según The Wall Street Journal, medios como The Atlantic, Politico y Vox están en disputa legal con la startup de IA Cohere, alegando violaciones de derechos de autor y marcas registradas.
Los expertos advierten que las diferencias entre la IA generativa y la no generativa pueden confundir a los tribunales en el futuro si no se tienen en cuenta los matices tecnológicos. "La confusión judicial puede llevar a consecuencias impredecibles, ya que muchos no comprenden las diferencias en el funcionamiento de la IA", opina Harry Surden, profesor de derecho en la Universidad de Colorado.
Las demandas contra empresas de IA están en aumento, y el próximo caso contra Cohere podría marcar un nuevo hito en la configuración del panorama legal de la inteligencia artificial. Según Alon Yamin, el mundo está observando cómo la industria de la IA enfrenta "una redefinición de los límites de la propiedad intelectual en la era digital".