El modelo de red neuronal acorta decenas de veces el camino desde el dibujo hasta la prueba.
La compañía LEAP 71 de Dubái demostró las capacidades de las modernas tecnologías de ingeniería basadas en inteligencia artificial al probar con éxito un motor cohete aerospike. Este motor, que funciona con oxígeno y queroseno, es capaz de generar un empuje de 5000 N (aproximadamente 1100 libras). Además, fue diseñado completamente mediante el modelo avanzado de inteligencia artificial Noyron.
Los motores aerospike son una de las construcciones más complejas en la ingeniería aeroespacial. A diferencia de los motores tradicionales con tobera en forma de campana, que funcionan eficientemente solo a una altura específica, los motores aerospike pueden adaptarse automáticamente a los cambios de presión. Esto se logra utilizando el aire circundante como pared externa de una tobera virtual.
La creación de estos motores solía llevar años, incluyendo múltiples iteraciones de modelado, prototipado y pruebas. Sin embargo, el modelo de IA Noyron, desarrollado por los expertos de LEAP 71, logró completar esta tarea en solo tres semanas. La inteligencia artificial analizó interacciones físicas complejas, como procesos térmicos y el rendimiento proyectado, y a partir de estos datos diseñó el motor de manera óptima.
El prototipo resultante fue fabricado mediante fusión selectiva por láser de cobre, lo que permitió crear una estructura integral. El 18 de diciembre de 2024, el motor pasó su primera prueba exitosa, resistiendo temperaturas de gas de hasta 3500 °C.
Las pruebas se llevaron a cabo en Inglaterra como parte de una campaña para probar cuatro motores en cuatro días. La directora de LEAP 71, Josephine Lissner, señaló que las pruebas confirmaron la eficacia del enfoque basado en IA orientado físicamente para el diseño. La refrigeración del motor se logró mediante canales complejos para oxígeno criogénico dentro del spike y queroseno que circulaba alrededor de la cámara de combustión.
Este proyecto demuestra el potencial de la inteligencia artificial para reducir el tiempo y los costos de desarrollo de sistemas aeroespaciales complejos. A pesar de las pruebas exitosas, LEAP 71 subraya que aún queda un trabajo significativo por hacer antes de que se puedan crear motores aerospike completamente funcionales para misiones espaciales.