¿Qué es este fenómeno y qué tienen que ver los magnetares cósmicos?
En 1977, el observatorio Big Ear en Ohio, detectó una señal de radio extraordinariamente poderosa que impresionó tanto al astrónomo Jerry Ehman que la marcó en su registro con la palabra «Wow!». Desde entonces, este fenómeno, que ha mantenido el nombre de «señal «Wow!»», se ha convertido en uno de los misterios más enigmáticos y discutidos de la astronomía.
La señal se caracterizaba por una banda de frecuencias muy estrecha, pero al mismo tiempo era excepcionalmente brillante y energética, lo que llevó a especulaciones sobre un posible origen artificial, tal vez extraterrestre. Durante décadas, los científicos intentaron sin éxito identificar su fuente.
Ahora, un equipo de investigadores liderado por Abel Méndez, profesor asociado de física y astrobiología en la Universidad de Puerto Rico , podría estar cerca de resolver este misterio de 47 años. Al analizar datos archivados del antiguo observatorio de Arecibo, encontraron señales similares a la señal original «Wow!», aunque menos intensas.
Según Méndez, su grupo consideraba la señal «Wow!», como una casualidad, y al principio no estaba particularmente interesado en este fenómeno. Pero este año, el científico decidió investigar más a fondo su origen y quedó asombrado por la cantidad de nueva información que descubrió.
Las señales «gemelas» encontradas en los archivos de Arecibo resultaron ser producto de nubes interestelares de hidrógeno frío en la galaxia. Los científicos creen que el increíble brillo de la señal original «Wow!» podría haber sido causado por un estallido repentino de radiación de un magnetar, un tipo especial de estrella de neutrones con un campo magnético extremadamente fuerte.
«Es un fenómeno extremadamente raro», dice Méndez. «Imagínense cuál es la probabilidad de que un magnetar se encuentre justo detrás de una de estas nubes de hidrógeno, con una radiación lo suficientemente fuerte como para excitar la nube, y que alguien esté observando en esa dirección en ese momento».
Para confirmar su hipótesis, los investigadores planean realizar más observaciones utilizando el Very Large Telescope en Chile, para determinar con precisión la ubicación de las nubes asociadas con los estallidos detectados. El científico admite que su interés en la señal «Wow!» ha aumentado considerablemente en los últimos meses, y está decidido a resolver este enigma de una vez por todas.