Una nueva tecnología convierte literalmente fotones en material moldeable.
Especialistas de la Universidad de Navarra han creado el primer sistema de imágenes volumétricas del mundo que permite interactuar con ellas directamente con las manos. ¡Es posible que muy pronto los amantes de la ciencia ficción puedan sentir con los dedos las tecnologías de sus películas favoritas!
Aunque estas proyecciones suelen llamarse hologramas, los científicos utilizan un término más preciso: pantallas volumétricas. A diferencia de las ilusiones ópticas clásicas que simulan profundidad en una superficie plana, estos dispositivos generan verdaderos objetos tridimensionales, visibles desde todos los ángulos sin necesidad de gafas ni equipos especiales.
El principio de creación del holograma es sorprendentemente simple: como el rastro de luz que deja una bengala cuando se agita en la oscuridad. Al mover rápidamente el punto luminoso, nuestro cerebro no distingue sus posiciones individuales y percibe una línea continua.
En el centro del dispositivo se encuentra una fina placa difusora semitransparente, parecida al vidrio esmerilado. Esta se desplaza rápidamente arriba y abajo, realizando cientos de oscilaciones por segundo. Desde abajo, un potente proyector rastrea con precisión la posición de la placa y proyecta sobre ella el fragmento adecuado de la imagen en cada momento. Cuando el difusor está en la parte inferior, el proyector muestra la base del objeto; en la parte superior, la cima; y entre medias, todas las secciones intermedias. Nuestro cerebro unifica estas proyecciones bidimensionales en una imagen tridimensional completa, flotando en el aire.
Modelos anteriores estaban protegidos por una cúpula transparente para evitar accidentes: no sería agradable que un dedo tocara accidentalmente una pantalla rígida vibrando a gran velocidad. La interacción con los objetos virtuales se realizaba mediante mandos, gestos o cámaras que replicaban los movimientos con un cursor digital.
Ahora, el equipo liderado por Élodie Bouzbid ha desarrollado una estructura formada por tiras elásticas paralelas, con pequeños espacios entre ellas en lugar de una superficie sólida. Esto permite introducir las manos entre los elementos del campo de proyección sin riesgo de lesión. Como los materiales flexibles distorsionan la imagen, los autores crearon un software que corrige estas deformaciones en tiempo real. Se puede ver en acción en un vídeo publicado por el equipo.
Las figuras tridimensionales pueden sujetarse entre el pulgar y el índice, rotarse y moverse por el espacio como si fueran objetos reales. El sistema incluso permite crear la ilusión de pequeños pasos tocando alternadamente la superficie con el dedo índice y el anular.
Este avance será especialmente útil en ámbitos educativos y museísticos. Los visitantes podrán explorar exposiciones interactivas, desmontar maquetas de mecanismos para estudiar cada componente o interactuar con reconstrucciones históricas.
Y aún más: este invento marca un hito en el desarrollo de entornos inmersivos, posiblemente acercándonos a la mítica holocubierta de Star Trek —una sala con proyecciones interactivas tridimensionales. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica HAL, y la demostración oficial tendrá lugar en la Conferencia Internacional sobre Interacción Humano-Máquina en Yokohama, del 26 de abril al 1 de mayo de 2025.