¿Ayudarán las nuevas tecnologías a resolver un misterio de 10 años?
El gobierno de Malasia ha iniciado una nueva operación para buscar el Boeing 777 que desapareció en el cielo hace diez años. El plan incluye una solución innovadora: señales de radioaficionados podrían ayudar a determinar la posible ruta del avión.
Las autoridades del país firmaron un contrato con la empresa privada Ocean Infinity, especializada en robótica marina. El acuerdo tiene una duración de un año y medio. Si el equipo logra encontrar el avión desaparecido, recibirán una recompensa de 70 millones de dólares.
En esta búsqueda se utilizará la tecnología Weak Signal Propagation Reporter (WSPR). Su principio de funcionamiento es similar al de las "migajas de pan": a través de este sistema, radioaficionados de todo el mundo transmiten constantemente señales de baja potencia. Si un avión de gran tamaño pasa por la zona de cobertura, deja una huella notable en los registros de los equipos.
La huella se forma por la distorsión de las ondas, que se reflejan en el gran cuerpo metálico del avión. Los investigadores analizarán los datos archivados del WSPR correspondientes al 8 de marzo de 2014, día en que desapareció el vuelo. A partir de las perturbaciones características en la red, esperan reconstruir la posible trayectoria del Boeing 777 tras perder contacto con los controladores aéreos.
El profesor Simon Maskell, consultor de Ocean Infinity, explica que si logran descartar ciertas direcciones de vuelo, la búsqueda será mucho más eficiente. Esto permitirá a los especialistas concentrarse en las áreas más prometedoras.
El avión de Malaysia Airlines operaba el vuelo MH370 de Kuala Lumpur a Pekín. Se perdió contacto con él cuando ingresó al espacio aéreo de Vietnam sobre el golfo de Tailandia. Los radares militares detectaron que el avión se desvió inesperadamente y voló hacia el océano Índico. Una hora después del despegue, la señal desapareció por completo.
A bordo viajaban 227 pasajeros y 12 tripulantes. Los familiares aún no saben qué ocurrió con sus seres queridos. Durante estos años, se han encontrado algunos restos del avión en la costa este de África, a miles de kilómetros de Malasia.
Ocean Infinity ha delimitado una zona de búsqueda de 5800 millas cuadradas, aproximadamente 15 022 kilómetros cuadrados. Aunque el área se ha reducido, la tarea sigue siendo extremadamente compleja.
Los especialistas creen que, en estos diez años, el fuselaje del Boeing 777 podría haberse hundido profundamente en el sedimento blando del fondo del océano Índico en su parte sur. Esto dificulta enormemente su localización, incluso con equipos modernos. Sin embargo, el gobierno malasio confía en que las tecnologías marítimas avanzadas, junto con los datos del WSPR, puedan finalmente resolver el misterio.