De TikTok a YouTube: los mecanismos ocultos de los ICCs
China sigue expandiendo activamente su infraestructura global de propaganda a través de una red de Centros Internacionales de Comunicación (International Communication Centers, ICCs). Según el informe del grupo Insikt, desde 2018 se han creado más de 100 de estos centros, la mayoría de los cuales surgieron después de 2023. Estos centros tienen como objetivo reforzar las posiciones del Partido Comunista de China (PCCh) en el escenario internacional.
Los ICCs coordinan el trabajo de recursos locales, nacionales e internacionales para mejorar la imagen de China, promover narrativas políticas y crear condiciones para asociaciones económicas. Aplican una estrategia de "comunicación precisa", adaptando los mensajes a audiencias específicas.
El objetivo principal de los centros es proyectar una imagen positiva de China, destacando su patrimonio cultural, logros tecnológicos y progreso económico. Además, los ICCs combaten activamente las narrativas negativas sobre China, difundiendo información favorable e intentando cambiar la opinión pública a nivel global.
Un ejemplo de su actividad es el ICC en la provincia de Fujian, que gestiona cuentas de TikTok dirigidas a la audiencia taiwanesa. Una de estas cuentas, mencionada en el informe bajo el nombre de "Two Tea Eggs", publica contenido que critica duramente al gobierno de Taiwán. En YouTube, el centro promueve videos en los que habitantes de Taiwán expresan opiniones positivas sobre China.
Los ICCs utilizan una amplia gama de estrategias para alcanzar sus objetivos. Una de las principales es el uso intensivo de redes sociales como Facebook*, TikTok y YouTube. Muchas cuentas creadas por estos centros no revelan su conexión con las estructuras estatales de China, lo que les permite llevar a cabo campañas de información encubiertas.
Además, los ICCs colaboran con influencers extranjeros y los llamados "oficiales de comunicación", quienes crean contenido en formato de videoblogs, clips de usuarios y "propaganda a través de la experiencia". Esto permite que las narrativas chinas se difundan como contenido orgánico creado por usuarios.
Otro recurso importante de los centros es la asociación con medios extranjeros. La organización de viajes de periodistas internacionales a China, la creación de proyectos conjuntos y la realización de eventos localizados ayudan a promover una alternativa a las fuentes de información occidentales. Estas iniciativas se han observado en países como Australia, Estados Unidos, Francia, Japón, Camboya y otros.
A pesar de sus objetivos ambiciosos, los ICCs enfrentan varias dificultades, como la falta de profesionales capacitados y especialistas extranjeros, financiamiento limitado, carencia de datos para una "comunicación precisa" y problemas para enfocarse en audiencias específicas. Muchos de estos centros dependen de estructuras mediáticas estatales, como la agencia Xinhua, lo que reduce su agilidad y eficacia.
Los ICCs desempeñan un papel importante en la estrategia a largo plazo de China. Aunque aún no se perciben como fuentes de información confiables, su capacidad para amplificar narrativas durante crisis geopolíticas podría ser significativa. Estos centros son particularmente efectivos en países del Sur Global y en la periferia de Occidente, donde se centran en promover temas como la calidad de vida en China, en lugar de valores políticos.
La expansión de la red de ICCs refleja la política de China bajo el liderazgo de Xi Jinping, enfocada en renovar la estrategia mediática y centralizar recursos. Estos centros contribuyen a promover los intereses chinos, reprimir narrativas negativas y ofrecer alternativas a las fuentes de información occidentales.
A largo plazo, China planea crear plataformas de ICCs que sean percibidas como confiables y autorizadas. Sin embargo, las limitaciones actuales, como el bajo nivel de confianza por parte de la audiencia internacional y los problemas de personal, hacen que esto sea poco probable en el futuro cercano.