La subcontratación convierte la campaña en un eslabón vulnerable en la carrera electoral.
En Estados Unidos, estalla un escándalo en torno a la campaña electoral de Donald Trump. Se ha revelado que los empleados que trabajan para el comité America Pac, encargados de visitar viviendas en Arizona y Nevada para promover el voto, utilizan la manipulación de coordenadas GPS para simular su actividad. La filtración de un video con instrucciones sobre este esquema ha puesto en duda la veracidad de los datos sobre las visitas a los votantes.
America Pac, responsable de gran parte del trabajo de campo en estados clave para los republicanos, ahora enfrenta la amenaza de que los resultados de la campaña puedan ser poco fiables. Debido a estas irregularidades, existe el riesgo de que los esfuerzos de movilización de votantes sean ineficaces en los días decisivos de las elecciones.
En el video, grabado por uno de los promotores en Nevada, se muestra cómo utilizar una aplicación para falsificar coordenados GPS y simular visitas a los votantes. El video explica en detalle cómo establecer coordenadas falsas y manipular formularios para evitar sospechas y controles.
El problema está tomando una dimensión considerable. Según fuentes, el 24 % de las visitas en Arizona y el 25 % en Nevada ya se han señalado como potencialmente fraudulentas. En estas circunstancias, es más difícil distinguir las visitas reales de las simuladas, y detectar las irregularidades requiere recursos significativos.
En una declaración oficial de los contratistas de America Pac —Blitz, Patriot Grassroots, Echo Canyon y Synapse Group—, se afirma que el comité utiliza tecnologías para detectar irregularidades y «descartar a los empleados deshonestos». La empresa asegura que, cuando se detectan manipulaciones, los promotores son reemplazados y las visitas falsas no se pagan.
No obstante, según fuentes informadas, la aplicación QuickBooks Workforce, que rastrea la ubicación de los promotores, no garantiza protección contra las manipulaciones. Desactivar la geolocalización permite ocultar la ubicación real, lo que complica la detección de irregularidades.
La iniciativa para identificar fraudes enfrenta dificultades adicionales: los auditores solo revisan los datos en caso de desviaciones evidentes. Esto permite que los promotores deshonestos operen durante semanas sin riesgo de ser detectados.
El escándalo por la falsificación de datos destaca los riesgos del outsourcing en operaciones de campo, donde los trabajadores remunerados no siempre comparten los intereses de la campaña. En tres meses, America Pac ha recibido $75 millones de Elon Musk, de los cuales $30 millones se han destinado a la promoción de Trump, y el resto a publicidad digital y postal para los candidatos republicanos.
El escándalo en torno a la manipulación de señales GPS revela la fragilidad de las estrategias electorales basadas en el outsourcing: cuando los resultados de las elecciones están en juego, incluso las tecnologías más avanzadas pueden convertirse en un eslabón débil si participan personas cuyos motivos no coinciden con los objetivos del proyecto.