El director de una empresa enfrenta hasta 40 años de prisión por idear un ingenioso esquema para atraer inversionistas.
El Departamento de Justicia de EE. UU. presentó cargos contra el fundador y exdirector de la empresa Nate por un fraude a gran escala relacionado con declaraciones falsas sobre el uso de inteligencia artificial en su producto. Según la investigación, Albert Saniger engañaba a los inversionistas asegurando que la aplicación Nate realizaba compras en línea de forma automática mediante tecnologías de IA “únicas”. En realidad, todos los pedidos eran procesados manualmente por cientos de empleados en un centro de atención en Filipinas.
Nate fue fundada en 2018 y se presentaba como un servicio innovador con una función de “carrito único” para compras en línea. A los usuarios se les prometía la posibilidad de hacer un pedido con un solo clic en cualquier sitio web, incluyendo la selección de talla, introducción de datos y pago, supuestamente gracias a la inteligencia artificial que realizaba todas las acciones por el usuario.
Gracias a esas declaraciones, el empresario logró atraer más de 40 millones de dólares en inversiones. En presentaciones ante fondos de capital riesgo, Saniger aseguraba que los procesos de Nate estaban completamente automatizados y que solo en casos excepcionales se procesaban manualmente. Sin embargo, los datos internos revelan una realidad muy distinta: el nivel real de automatización era nulo y toda la carga operativa recaía sobre personas reales.
La investigación determinó que Saniger ocultó deliberadamente la situación real. Limitaba el acceso a las estadísticas internas incluso para los empleados, alegando razones de seguridad y “secreto comercial”. También prohibía hablar sobre los indicadores de automatización e instruía al equipo para evitar respuestas concretas a preguntas de los inversores.
Nate recurrió especialmente al procesamiento manual de pedidos durante los picos de demanda, como en las rebajas previas a Navidad. En 2021, a pesar de las declaraciones públicas sobre la ausencia de bots, Saniger ordenó crear scripts que simularan el procesamiento automático para aliviar la carga del centro de llamadas. Así, se introdujeron algoritmos semiautomáticos que poco tenían que ver con una inteligencia artificial auténtica.
Según la fiscalía, las acciones de Saniger minan la confianza en las startups que afirman usar inteligencia artificial. En lugar de una innovación tecnológica, los inversores recibieron un engaño cuidadosamente elaborado que aprovechó las altas expectativas sobre la IA y la falta de transparencia en las empresas emergentes. El FBI añadió que el acusado ocultaba la verdad incluso a sus empleados más cercanos.
Saniger enfrenta dos cargos penales: fraude con valores y fraude electrónico, cada uno con una pena máxima de 20 años de prisión. Además, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) presentó una demanda civil. La investigación continúa.