¿Desaparecerá la censura a nivel federal tras el cumplimiento de las exigencias de Donald Trump?
La Agencia CISA ha suspendido todas las actividades de protección electoral en EE. UU. y ha iniciado una revisión integral de todos los programas implementados en los últimos ocho años. Este cambio marca la primera gran modificación en la política de la agencia en respuesta a la presión de la administración de Donald Trump, quien sigue insistiendo en sus afirmaciones sobre fraude electoral y censura en Internet.
Según un memorando interno obtenido por WIRED, se está llevando a cabo una auditoría completa de todas las iniciativas relacionadas con la seguridad electoral y la lucha contra la desinformación. La revisión abarca todas las medidas adoptadas desde 2017, cuando la infraestructura electoral fue declarada crítica para la seguridad nacional.
CISA también ha suspendido la financiación del Centro de Intercambio de Información sobre Infraestructura Electoral (EI-ISAC), que durante mucho tiempo coordinó los esfuerzos de ciberseguridad electoral a nivel estatal y local. Además, los empleados previamente involucrados en programas de lucha contra la desinformación han sido enviados a licencia administrativa.
El memorando hace referencia a la orden ejecutiva de Trump del 20 de enero, destinada a "eliminar la censura federal". Políticos conservadores han acusado a CISA de colaborar con empresas tecnológicas para identificar desinformación en 2020. Aunque la Corte Suprema de EE. UU. desestimó una demanda al respecto, la agencia redujo sus contactos con plataformas digitales en respuesta a las críticas.
Representantes de ambos partidos políticos habían elogiado previamente la labor de CISA, pero después de las elecciones de 2020, el discurso cambió. Los republicanos comenzaron a calificar a CISA como un "centro de censura gubernamental", y la victoria de Trump en 2024 hizo inevitable una revisión total del programa de seguridad electoral de la agencia.
De acuerdo con el memorando, CISA analizará todos los aspectos de su trabajo, incluidas decisiones de personal, documentos internos y directrices, y revisará posibles casos de violaciones relacionadas con la censura. Una vez concluida la auditoría, prevista para el 6 de marzo, se presentará un informe a la Casa Blanca con recomendaciones sobre el nuevo enfoque operativo de la agencia.
El documento enfatiza que los principales objetivos de la revisión son simplificar los servicios para las administraciones locales, alinear las actividades de CISA con su misión principal y eliminar todos los programas, contratos y cargos que no se ajusten a la política de crisis de la administración Trump. No está claro si la orden de auditoría provino directamente de la Casa Blanca o si fue una decisión autónoma de la dirección de CISA.