Una tarjeta de visita fatal: cómo el detective de Binance se convirtió en rehén de Nigeria

Una tarjeta de visita fatal: cómo el detective de Binance se convirtió en rehén de Nigeria

La historia de supervivencia de Tigran Gambaryan en el juego de la política.

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En marzo de 2024, el mundo conoció el destino de Tigran Gambaryan: un video de 39 segundos lo mostraba asustado, hablando a la cámara como si estuviera grabando un mensaje en secreto. El exagente del Servicio de Impuestos de EE. UU. y especialista en investigaciones de crímenes con criptomonedas pedía ayuda, temiendo por su vida.

Gambaryan trabajó más de 10 años en las fuerzas del orden de EE. UU. y participó en importantes operaciones contra delincuentes de la darknet, incluyendo el desmantelamiento de las plataformas AlphaBay y Silk Road. Tras dejar el sector público, se unió a Binance en 2021 con el objetivo de capacitar a agentes de seguridad en el rastreo de transacciones con criptomonedas. Sin embargo, su misión en Nigeria terminó en un encarcelamiento de ocho meses en una de las prisiones más duras del país.

En febrero de 2024, Gambaryan viajó a Nigeria para negociar con la Comisión de Delitos Económicos y Financieros (EFCC). En ese momento, el país atravesaba una crisis económica: la inflación superaba el 30 %, el naira se desplomó tras la eliminación de su paridad con el dólar y la población migraba en masa a las criptomonedas en busca de estabilidad financiera. Binance se convirtió en una plataforma clave para el intercambio de activos digitales, lo que generó preocupación entre los reguladores, que veían en la empresa una amenaza para la moneda nacional.

En la reunión programada, en lugar de negociaciones, Gambaryan y su colega Nadeem Anjarwalla fueron acusados de lavado de dinero y evasión fiscal. Se les informó que no podrían salir del país hasta que Binance entregara los datos completos de los usuarios en Nigeria. Anjarwalla logró escapar poco después, dejando a Gambaryan solo, convertido en una pieza de presión contra la plataforma de criptomonedas.

Un mes después, Gambaryan fue trasladado a la prisión de Kuje, donde se encuentran detenidos terroristas. Las condiciones eran extremas: sin aire acondicionado, en un entorno insalubre y con un régimen estricto. Los reclusos podían comprar teléfonos móviles mediante sobornos, y en un momento un guardia le ofreció un dispositivo por 25 000 dólares, creyendo que era multimillonario. Finalmente, pudo adquirir un teléfono por 300 dólares, convirtiéndose en su única conexión con el mundo exterior.

En prisión, contrajo malaria, lo que le provocó complicaciones y lo dejó en silla de ruedas. Sin embargo, las autoridades nigerianas le prohibieron usarla en el tribunal para evitar una mala imagen mediática. Las imágenes de Gambaryan caminando con dificultad apoyado en muletas causaron indignación y atrajeron la atención del gobierno de EE. UU.

El momento clave llegó cuando los fiscales nigerianos presentaron "pruebas" de su culpabilidad: entre ellas, solo figuraba su tarjeta de visita. Este giro en el caso llevó a EE. UU. a ejercer presión diplomática, exigiendo su liberación en todas las reuniones bilaterales con Nigeria. Incluso el presidente Joe Biden planeaba abordar el tema en su encuentro con el presidente Bola Tinubu.

Finalmente, en octubre de 2024, Gambaryan fue liberado por razones médicas. Binance envió un jet privado para recogerlo y trasladarlo a Roma, desde donde regresó a EE. UU. Durante su ausencia, la empresa designó a un nuevo jefe del departamento de investigaciones.

Actualmente, Binance ya no colabora con las autoridades nigerianas y el mercado de criptomonedas local ha vuelto a convertirse en un "salvaje oeste". Gambaryan ha dejado claro que no tiene intención de regresar. Tras todas sus experiencias, solo recibió una carta de Anjarwalla, a la que respondió con una sola frase: “Podrías haberme advertido. Casi muero en esa prisión”.

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