Seis gestores inexpertos manejan datos de los ciudadanos del país.
Los empleados de la Oficina de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigida por Elon Musk, han obtenido acceso ilimitado a las redes federales, lo que ha generado serias preocupaciones entre los especialistas en ciberseguridad. Según fuentes, los trabajadores de DOGE podrían haber conectado computadoras con medidas de protección desconocidas a la red de la Oficina de Gestión de Personal de EE. UU. (OPM), lo que potencialmente abre el acceso a datos de empleados del gobierno federal, incluidos materiales de verificación de antecedentes e información sobre autorizaciones de seguridad.
Los expertos advierten que el acceso de los empleados de DOGE a los sistemas de pago del Departamento del Tesoro representa una amenaza para la seguridad nacional. Estas plataformas almacenan datos sobre pagos a contratistas de inteligencia, así como información personal de altos funcionarios. El exfuncionario del Comando Cibernético de EE. UU., Jason Kikta, afirmó que la situación podría convertirse en "la mayor filtración de datos gubernamentales de la historia", con consecuencias que perdurarán por décadas.
Además, los empleados de DOGE obtuvieron acceso a los sistemas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y del Departamento de Educación . Sin embargo, la composición del equipo genera dudas: entre los líderes de DOGE hay seis jóvenes sin experiencia en la administración pública.
No está claro hasta qué punto los empleados de DOGE han penetrado en los sistemas de las agencias federales, pero Kikta enfatiza que el acceso a los datos se está llevando a cabo "de manera no autorizada, en dispositivos no autorizados y con la participación de personas desconocidas". Los expertos señalan que el gobierno federal ha construido mecanismos sólidos de protección de datos durante años y que su bypass es una violación inaceptable. Los especialistas en ciberseguridad advierten que la participación de Elon Musk no garantiza la fiabilidad de estos sistemas.
El peligro se agrava por la posibilidad de que actores malintencionados, incluidos estados extranjeros y grupos cibercriminales, aprovechen las vulnerabilidades dejadas por las acciones de los empleados de DOGE. Por ejemplo, China ya ha mostrado interés en los datos de la OPM, atacando sus sistemas en 2015 y accediendo a 22,1 millones de registros. Según Kikta, incluso una simple conexión a Wi-Fi público en una cafetería podría abrir una puerta para ataques.
Los riesgos adicionales provienen del hecho de que los empleados de DOGE podrían estar almacenando datos clasificados en computadoras no certificadas. Los expertos en ciberseguridad han advertido que esto significa "saltar por encima de los mecanismos de protección cibernética que han sido desarrollados durante décadas". Las redes federales están protegidas por los estándares NIST 800 , y la violación de estas normas crea una vulnerabilidad incontrolable.
Los funcionarios gubernamentales no han comentado sobre la situación, pero los representantes de Musk también han solicitado acceso a los sistemas de Medicare y Medicaid, que gestionan contratos y pagos. En un contexto de creciente interés de agencias de inteligencia extranjeras, la situación con DOGE es particularmente alarmante.
También cabe destacar que altos funcionarios de la OPM han declarado que los asistentes de Elon Musk, designados por la administración de Donald Trump para dirigir la agencia federal de personal, bloquearon el acceso a los sistemas informáticos para muchos empleados gubernamentales. Estos sistemas contienen datos personales de millones de trabajadores del sector público.