Exoesqueleto-mentor ayuda a pianistas a lograr lo imposible

Exoesqueleto-mentor ayuda a pianistas a lograr lo imposible

La compañía ha encontrado una forma de desafiar las leyes de la naturaleza.

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Especialistas de Sony Computer Science Laboratories Inc., en colaboración con colegas del Instituto NeuroPiano en Kioto, han desarrollado un exoesqueleto que ayuda a los pianistas a superar sus límites al interpretar piezas musicales rápidas. Los resultados de la investigación, en la que participaron más de cien personas, se publicaron en la revista Science Robotics .
La experiencia demuestra que la mayoría de los músicos, después de largas sesiones de práctica, alcanzan un cierto límite de habilidad. Esto es especialmente evidente en instrumentos que requieren gran velocidad y precisión en el movimiento de los dedos, como la guitarra o el piano.

Un equipo de científicos japoneses liderado por Shinichi Furuya decidió investigar si el entrenamiento pasivo asistido por un robot podría ayudar a superar esta barrera. Para ello, invitaron a 118 pianistas profesionales a participar en una serie de experimentos.
El exoesqueleto se coloca en la parte dorsal de la mano y se fija a los dedos mediante cierres especiales, proporcionando una sujeción segura. El dispositivo permite realizar movimientos complejos con varios dedos al mismo tiempo.

Al inicio del experimento, todos los participantes practicaron de forma autónoma ciertas piezas musicales hasta alcanzar su nivel máximo de destreza. Luego comenzó la fase de entrenamiento pasivo: el exoesqueleto tomaba el control completo de los dedos de la mano derecha de los músicos, moviéndolos hacia arriba y hacia abajo en diferentes secuencias y a distintas velocidades, sin intervención activa del usuario. Estos movimientos no estaban relacionados con técnicas o acordes musicales específicos.
Tras completar el entrenamiento con el robot, los voluntarios se quitaron el exoesqueleto y tocaron las mismas piezas que habían practicado antes. La hipótesis fue confirmada: la mayoría de los participantes superaron su límite previo, tocando con mayor velocidad y confianza. Cabe destacar que las mejoras se observaron en ambas manos, aunque solo se entrenó la derecha.

Los científicos también realizaron un análisis detallado de la corteza motora del cerebro antes y después de las sesiones de entrenamiento. Descubrieron que el uso del exoesqueleto provocó cambios neuroplásticos, es decir, la formación de nuevas conexiones neuronales responsables de la coordinación de los movimientos de las extremidades.

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