El Congreso amplió el presupuesto de defensa para acabar con el enemigo cuanto antes.
El Congreso de Estados Unidos se prepara para aprobar un nuevo presupuesto de defensa para 2025, que asigna 3.000 millones de dólares para sustituir los equipos de las empresas chinas Huawei y ZTE. Estas medidas están destinadas a proteger la seguridad nacional. Desde hace tiempo, Estados Unidos intenta expulsar a los fabricantes chinos de las redes de telecomunicaciones críticas. El documento, publicado el fin de semana y compuesto por más de 1.800 páginas, incluye otras iniciativas que ayudarán a limitar la influencia del adversario.
Anteriormente, las autoridades habían destinado 1.900 millones de dólares para estos fines, pero esa cifra resultó insuficiente. La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estimó que la sustitución completa del equipo requerirá casi 5.000 millones de dólares. La nueva partida de 3.000 millones está destinada a cubrir la falta de fondos y permitir la finalización del proyecto. La presidenta de la FCC, Jessica Rosenworcel, instó al Congreso a acelerar la financiación, señalando que los retrasos dejan sin conexión a los residentes de las zonas rurales.
Y es cierto, en las regiones remotas el problema es especialmente grave. Las personas podrían perder no solo el acceso a internet, sino también a los servicios de emergencia, incluidos los del 911.
Por primera vez, en 2019, el Congreso obligó a las empresas de telecomunicaciones a abandonar el equipo de Huawei y ZTE, alegando riesgos de ciberataques y posible interferencia en el funcionamiento de las redes. Actualmente, las autoridades están cada vez más preocupadas por la posibilidad de que Pekín espíe a sus ciudadanos, recopilando tanto secretos de Estado como información privada mediante dispositivos y sistemas más grandes. Estas preocupaciones son especialmente relevantes en el contexto de la carrera tecnológica entre los países.
Y no solo Estados Unidos está reduciendo su dependencia de las tecnologías chinas. En 2022, el Reino Unido anunció que, para finales de 2027, eliminará por completo el equipo de Huawei de sus redes 5G. Aunque oficialmente esto se atribuye a las sanciones estadounidenses que privaron a Huawei de acceso a tecnologías avanzadas, los expertos están convencidos de que el trasfondo es más complejo.
Los países, al intentar proteger su infraestructura, no solo limitan el uso de tecnologías extranjeras, sino que también desarrollan su propia producción. El rechazo al equipo de Huawei y ZTE refleja una tendencia global hacia la independencia tecnológica.