¿Cómo se verá afectada la democracia si entidades extranjeras obtienen acceso a la base de datos de radicales?
La empresa L2 Data, dedicada al análisis político, ha puesto a la venta una base de datos de votantes estadounidenses que podrían apoyar a grupos de extrema derecha, teorías de conspiración de QAnon y movimientos de protesta relacionados con los eventos del 6 de enero. Esta novedad en el ámbito de la tecnología política genera preocupación entre los expertos, quienes consideran que estos datos pueden poner en riesgo la seguridad nacional.
A diferencia de otras empresas, L2 Data recopila no solo datos estándar sobre las preferencias de los votantes, como su postura sobre la defensa y la economía, sino que también evalúa el nivel de apoyo a las ideas más polarizadoras de la derecha. La compañía asegura que desarrolló su base de datos a partir de encuestas, así como de un análisis de registros y hábitos de consumo, permitiendo predecir las opiniones de una audiencia más amplia con puntos de vista y comportamientos similares.
Los resultados obtenidos por L2 Data incluyen un amplio espectro de posiciones políticas, tanto de derecha como de izquierda, en temas como cambio climático, raza y libertades civiles. Estos datos ya han sido adquiridos por algunos políticos y comités políticos estadounidenses, según registros de la Comisión Federal de Elecciones de EE. UU. Entre los compradores se encuentran representantes de ambos partidos, incluyendo a los congresistas Robert Menendez y Bob Good.
Los expertos señalan que los datos de L2 pueden estar disponibles no solo para campañas políticas estadounidenses, sino también para entidades extranjeras, lo cual resulta especialmente preocupante en una era de desinformación dirigida por otros estados. Algunos especialistas subrayan que esta información podría ser utilizada para intensificar los sentimientos radicales y promover desequilibrios políticos.
L2 Data afirma que sus modelos ayudan a las campañas a persuadir a los votantes y movilizarlos para votar, aunque la empresa se abstiene de discutir cuestiones de seguridad y el posible uso no autorizado de los datos. Un representante de la empresa señaló que los datos presentados son solo una previsión basada en las preferencias y el comportamiento de una muestra específica de votantes.
La base de datos fue entregada a la publicación POLITICO por la organización de derechos civiles EFF, que utilizó la ley de protección de datos de California para obtener su perfil de votante en L2 Data. Las leyes de protección de privacidad de datos, implementadas en ocho estados de EE. UU., permiten a los consumidores conocer qué información se recopila sobre ellos por diferentes empresas.
Los especialistas en seguridad nacional consideran que el mayor riesgo no es el uso interno de los datos, sino la posibilidad de que puedan ser adquiridos por entidades extranjeras para campañas de desinformación. Los datos detallados de L2 sobre las opiniones políticas de los votantes y su probable apoyo a ideas radicales podrían ser una herramienta valiosa para tales campañas.
Actualmente, en los EE. UU. no existe una ley que prohíba a las empresas recopilar y vender estos datos sobre las opiniones de los votantes, y una ley reciente destinada a restringir la venta de datos a enemigos extranjeros no podrá abordar todos los riesgos asociados con L2 Data. El senador Ron Wyden propuso prohibir la publicidad basada en la vigilancia y declaró que los datos que puedan usarse para socavar las elecciones no deberían estar disponibles para la venta.
Aunque aún no se han identificado casos de uso de datos por políticos para dirigirse a simpatizantes de la violencia, se sabe que la publicidad política en redes sociales se dirige cada vez más a usuarios radicalizados. Un estudio reveló que se gastaron más de medio millón de dólares en publicidad en la plataforma Meta*, relacionada con menciones de atentados contra Donald Trump.
L2 Data afirma que su base de datos contiene información sobre más de 210 millones de votantes, así como detalles sobre sus hábitos de consumo, lo que ayuda a la empresa a crear perfiles más precisos. La información sobre las opiniones de extrema derecha de los votantes en la base de L2 resulta ser más detallada que la de sus competidores.
A pesar de las críticas, la empresa sostiene que sus datos ayudan a los políticos a comprender mejor a los votantes. Sin embargo, los expertos temen que esta información pueda caer en manos de personas malintencionadas, lo que podría llevar a un aumento de las manipulaciones y a un impacto negativo en la opinión pública.
* La empresa Meta y sus productos han sido declarados extremistas, y su actividad está prohibida en el territorio de Rusia.