SpaceX contra el ozono: ¿quién ganará en la batalla espacial?
Estamos acostumbrados a usar teléfonos inteligentes para todo: desde buscar nuevas bandas de música hasta pedir comida sin gluten. Sin pensarlo, dependemos de los satélites que nos brindan esta conexión sin interrupciones. No obstante, la gran cantidad de estos dispositivos en órbita podría convertirse en un problema inesperado.
Recientemente, el cohete Falcon 9 lanzó otro lote de satélites Starlink en órbita. Trece de ellos tienen la función "Direct to Cell", que permite conectarse a la red incluso desde el bosque o el interior de un edificio. El astrónomo Jonathan McDowell informó que la constelación de Starlink ya incluye más de 6000 satélites. En total, hay poco más de 10,000 satélites en órbita alrededor de la Tierra, lo que convierte a SpaceX en el mayor jugador en este campo. No es sorprendente que los lanzamientos de SpaceX atraigan mucha atención, pero probablemente no siempre del tipo que esperan.
Un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters y notado por primera vez por The Independent advierte sobre el grave peligro de la disminución de la capa de ozono debido a la quema de satélites en desuso. Esto podría llevar a un aumento de la radiación ultravioleta que llega a la superficie de la Tierra. La exposición excesiva a los rayos UV debilita el sistema inmunitario, aumenta el riesgo de cáncer y contribuye al envejecimiento prematuro. Para el planeta, esto conlleva la disminución de las cosechas.
Los científicos están preocupados de que la cantidad de satélites en órbita solo aumente. Al quemarse en la atmósfera al final de su vida útil, emiten óxidos de aluminio que aceleran la destrucción de la capa de ozono. Los investigadores pronostican que en el futuro la cantidad de productos de combustión de satélites quemados superará las 360 toneladas al año, lo que es un 640% más que el nivel natural. Las nanopartículas de óxido de aluminio pueden permanecer en la atmósfera durante décadas, agotando significativamente la capa de ozono.
Según las previsiones de Euroconsult, una empresa de análisis del mercado de la industria satelital, en la próxima década se lanzarán 4 toneladas de satélites diariamente a la órbita. La vida útil de satélites como los de Starlink es de aproximadamente cinco años. Al finalizar su operación, ingresan a la atmósfera y se queman.
El pequeño tamaño de los productos de descomposición de las naves espaciales les permite permanecer en la atmósfera sin ser detectados hasta que los niveles de concentración de ozono comiencen a disminuir. Dado el aumento del número de satélites, es importante estudiar más a fondo los problemas señalados en este estudio, concluyen los científicos.
A pesar de las evidentes ventajas de las tecnologías satelitales para nuestra vida cotidiana, es necesario considerar sus consecuencias a largo plazo para el medioambiente. De lo contrario, las consecuencias podrían ser mucho más graves de lo que podemos imaginar hoy.