Cien días sin corazón: paciente esperó un donante gracias al dispositivo BiVACOR

Cien días sin corazón: paciente esperó un donante gracias al dispositivo BiVACOR

¿Los órganos artificiales están dejando de ser ciencia ficción?

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La empresa australiana BiVACOR ha alcanzado un hito importante en sus desarrollos: un paciente vivió más de 100 días con un corazón mecánico creado por la compañía antes de someterse con éxito a un trasplante de un órgano donado. No se ha revelado el nombre del hombre, quien necesitó la operación debido a una enfermedad grave.

El sistema desarrollado, denominado Total Artificial Heart (TAH), es un mecanismo innovador de circulación sanguínea. Su diseño se basa en una bomba electromecánica con una única parte móvil: un rotor suspendido en la posición adecuada mediante levitación magnética. La principal ventaja del dispositivo es su capacidad para dirigir el flujo sanguíneo simultáneamente hacia el cuerpo y los pulmones.

Los ingenieros han cambiado radicalmente el enfoque tradicional para abordar este problema. Los modelos anteriores contenían múltiples elementos móviles que, con el tiempo, se desgastaban debido al contacto entre ellos. En la nueva versión, el rotor, cuya estructura se asemeja a la de una rueda de paletas especializada (impulsor), literalmente flota en el aire sin tocar ninguna otra pieza.

La compañía incluso ha presentado un modelo animado en 3D del mecanismo que demuestra visualmente su funcionamiento. Se puede ver aquí.

El implante funciona con un sistema externo de alimentación. Un controlador y baterías conectan el dispositivo a través de un cable percutáneo, un conducto especial que atraviesa una pequeña incisión en el cuerpo del paciente.

El año pasado, BiVACOR realizó las primeras pruebas en Estados Unidos: a cinco pacientes se les implantó el TAH como medida temporal mientras esperaban un corazón donante. Todos los participantes en el experimento superaron con éxito la cirugía y fueron dados de alta después de un tiempo. Se conoce el destino de dos de ellos: a uno le trasplantaron un corazón donado 27 días después de recibir el TAH, y al otro, apenas ocho días después.

La operación del paciente australiano duró seis horas. Tras su recuperación, los médicos le permitieron abandonar la clínica. Durante más de tres meses, llevó una vida normal con el implante hasta que surgió la oportunidad de realizar el trasplante.

El problema de las enfermedades cardíacas sigue siendo crítico, y la disponibilidad de órganos donados para trasplante es extremadamente limitada. Los especialistas de BiVACOR planean mejorar su invención para que pueda funcionar hasta diez años, una duración similar a la de un corazón trasplantado.

Sin embargo, los médicos advierten que, a pesar de los resultados prometedores, la tecnología aún se encuentra en fase de ensayos clínicos. En Estados Unidos, solo se han aprobado 15 operaciones adicionales para la implantación del TAH. Se necesitarán años de investigación antes de que la tecnología reciba autorización para su aplicación generalizada, tanto como medida temporal para pacientes en lista de espera como para una solución permanente.

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