Los ordenadores corporativos de Meta se convirtieron en parte de una red pirata.
Nuevos correos electrónicos desclasificados se han convertido en una prueba clave en el caso contra Meta, donde autores de libros acusan a la empresa de utilizar ilegalmente libros pirateados para entrenar sus modelos de IA.
En enero, Meta reconoció que descargó desde torrents un conjunto de datos controvertido de LibGen, que contiene decenas de millones de libros distribuidos sin el permiso de los titulares de derechos. Sin embargo, los detalles del proceso permanecían poco claros hasta ayer, cuando se presentaron nuevas pruebas en el tribunal. Según los documentos del caso, Meta descargó al menos 81,7 terabytes de datos de varias "bibliotecas en la sombra", incluidos 35,7 terabytes de Z-Library y LibGen. Antes de esto, la empresa ya había descargado 80,6 terabytes de datos de LibGen.
Los demandantes afirman que la cantidad de contenido pirateado descargado por Meta no tiene precedentes. Citan casos en los que, por infracciones significativamente menores, los jueces remitieron los casos a la fiscalía para su investigación penal. Sin embargo, lo más preocupante no es solo la descarga, sino también la distribución de los libros. El uso del protocolo torrent sugiere que Meta no solo descargó los archivos, sino que también los compartió con otros usuarios, lo que representa una violación aún más grave de los derechos de autor.
Anteriormente, Meta evitó revelar detalles sobre el uso de torrents, pero los demandantes lograron obtener nuevos correos internos de empleados de la empresa. Un ingeniero, en abril de 2023, expresó su preocupación por la descarga de contenido pirateado desde una laptop corporativa, acompañando su mensaje con un emoji. Pero en septiembre del mismo año, se dirigió a los abogados de la empresa preguntando sobre la legalidad de compartir los libros descargados. A pesar de las advertencias, la dirección de Meta, según los demandantes, continuó ocultando sus actividades utilizando configuraciones especiales para minimizar la distribución de archivos.
Los documentos del caso también incluyen las palabras de un investigador de Meta que describió el proceso de trabajo con torrents como un "modo de sigilo". El jefe del proyecto, Michael Clark, en su testimonio judicial confirmó que la empresa específicamente modificó las configuraciones para que "minimizar la distribución" fuera una condición integrada en la descarga.
A raíz de estas nuevas revelaciones, los demandantes exigen un nuevo interrogatorio de los empleados clave de Meta, argumentando que anteriormente proporcionaron información incompleta o falsa al tribunal. En particular, Mark Zuckerberg declaró que no participó en la decisión de utilizar LibGen, pero nuevos documentos indican que la cuestión fue elevada hasta Zuckerberg antes de la toma de decisión.
Meta aún no ha comentado sobre las últimas acusaciones, pero insiste en que el uso de LibGen cae dentro del "uso legítimo" (fair use) bajo la legislación estadounidense. La empresa afirma que los autores no han demostrado que sus libros hayan sido descargados por terceros a través de la red de Meta.
Sin embargo, las nuevas circunstancias permiten a los demandantes ampliar su argumento legal: ahora pueden afirmar que Meta violó los derechos de autor no solo al entrenar su IA, sino también al posiblemente distribuir libros a través de torrents. En respuesta, Meta ha declarado que planea "desmentir esta acusación infundada" en el juicio.