La IA domina la hipervelocidad: conozcan el primer motor inteligente del mundo

La IA domina la hipervelocidad: conozcan el primer motor inteligente del mundo

El laboratorio chino logró lo que EE.UU. no pudo en 25 años.

image

En el laboratorio de investigación Taihan, en el suroeste de China, se han completado con éxito las pruebas terrestres de un nuevo motor turborreactor de velocidad extrema. Este desarrollo ha captado la atención de la comunidad aeronáutica mundial gracias a la integración de inteligencia artificial y su capacidad para alcanzar velocidades de hasta cuatro Mach.

Actualmente, el laboratorio trabaja intensamente en una planta motriz para un avión de reconocimiento de gran altitud, con el objetivo de superar a sus homólogos estadounidenses. Los ingenieros se han inspirado en el legendario SR-71 Blackbird, que durante años permaneció inigualable en su categoría.

El motor turborreactor bimodo de los ingenieros chinos recuerda en muchos aspectos al J58 que impulsaba al Blackbird. No es casualidad: esta misma configuración permitió que el avión espía estadounidense alcanzara velocidades de 3,2 Mach a más de 25 kilómetros de altitud.

A bajas velocidades, el motor funciona como un turborreactor clásico, comprimiendo aire mediante una turbina para mejorar la combustión del combustible. A velocidades más altas, se abre una entrada de aire adicional que canaliza el flujo directamente a la cámara de combustión, aumentando la potencia de empuje.

El motor ha sido equipado con un sistema de control inteligente para los modos hipersónicos. El software analiza en tiempo real una gran cantidad de parámetros y ajusta automáticamente el funcionamiento de todos los componentes. Según sus desarrolladores, esto permite que la planta motriz opere de manera estable en condiciones de vuelo extremas.

Durante el desarrollo del proyecto, los científicos enfrentaron un problema crítico: una discrepancia entre los valores calculados por la computadora de a bordo y los parámetros reales del motor. Según un artículo publicado en la revista Propulsion Technology, estas desviaciones se debían a tolerancias de fabricación y particularidades en el montaje de los componentes. Esto significaba que las simulaciones no reflejaban con precisión el comportamiento real del motor en operación, complicando la optimización de su rendimiento.

El equipo prestó especial atención a cómo cambian las propiedades de los materiales y las características de los componentes a medida que el motor se somete a uso continuo. Este problema es bien conocido en la aviación de alta velocidad. Por ejemplo, el SR-71 debía ser repostado inmediatamente después del despegue, ya que el aceite se filtraba a través de los espacios intencionalmente dejados entre los paneles, los cuales solo se sellaban completamente cuando la aeronave alcanzaba su temperatura operativa en vuelo.

En el núcleo del motor se encuentra una red neuronal diseñada específicamente para ejecutarse en procesadores militares. A diferencia de los sistemas de control anteriores, este algoritmo es capaz de procesar simultáneamente datos de miles de sensores, incluyendo temperatura en cada sección, presión, estado de la mezcla de combustible, vibraciones y otros parámetros críticos. Con base en esta información, el software ajusta instantáneamente el régimen de operación de la planta motriz.

El éxito de China acerca la llegada de un avión de nueva generación que dejará atrás al legendario SR-71. En el cuarto de siglo transcurrido desde el retiro del avión espía estadounidense en 1999, ingenieros de distintas naciones han intentado igualar sus logros, pero hasta la fecha, ninguna aeronave ha logrado alcanzar su altitud ni su velocidad.

¿Tu Wi-Fi doméstico es una fortaleza o una casa de cartón?

Descubre cómo construir una muralla impenetrable