Cómo los estafadores casi engañan a un ingeniero experimentado utilizando un esquema sofisticado.
Un reciente ataque de phishing, dirigido a un programador de Google, generó preocupación y llevó a la empresa a reforzar sus medidas de ciberseguridad. Zach Latta, empleado de Google, calificó este incidente como "el ataque de phishing más sofisticado" que había enfrentado. Estuvo a punto de convertirse en víctima de estafadores que se hicieron pasar por ingenieros de la empresa e intentaron obtener sus credenciales.
El ataque comenzó con una llamada telefónica desde un número que parecía un contacto oficial de Google. La persona al otro lado de la línea se presentó como una ingeniera llamada Chloe y afirmó que se había detectado un intento sospechoso de inicio de sesión en la cuenta de Latta desde Frankfurt, Alemania. Para hacer el engaño más creíble, los atacantes enviaron un correo electrónico desde una dirección falsa, pero muy similar a una auténtica de Google. El mensaje contenía un número de incidencia e instaba a cambiar la contraseña de inmediato.
El fraude estaba meticulosamente planeado: el correo electrónico parecía oficial, se enviaba desde el dominio «workspace-noreply@google[.]com» e incluso mencionaba la subred interna de Google «important.g.co». A pesar de su experiencia, Latta casi creyó en la autenticidad del mensaje. Sin embargo, al verificar los registros de inicio de sesión en Google Workspace, descubrió que no había ninguna actividad sospechosa como la que Chloe había mencionado. Esto despertó su sospecha.
El escenario del ataque estaba cuidadosamente diseñado: los estafadores utilizaron un número real de Google, imitaron un estilo profesional de comunicación e incluso intentaron aumentar la presión, escalando la conversación a un "gerente". En un momento dado, los atacantes incluso le proporcionaron a Latta un código de autenticación multifactor para convencerlo de la legitimidad del mensaje. Afortunadamente, no ingresó el código, lo que podría haber comprometido su cuenta.
Tras el incidente, Google respondió rápidamente reforzando sus medidas de seguridad. Los representantes de la empresa confirmaron que los atacantes utilizaron una dirección falsa pero creíble y prometieron tomar medidas para prevenir ataques similares. La cuenta sospechosa involucrada en el fraude fue bloqueada. La empresa recordó a los usuarios que Google nunca llama para solicitar un restablecimiento de contraseña o para solucionar problemas de cuenta.
Este caso demuestra la creciente sofisticación de los ataques de phishing. Métodos tradicionales de protección, como verificar remitentes de correos electrónicos o números de teléfono, ya no siempre son efectivos. Los estafadores emplean tácticas más avanzadas, suplantando dominios reales, imitando un estilo profesional de comunicación y ejerciendo presión psicológica sobre sus víctimas.
Para protegerse, es crucial mantenerse alerta: no confiar en llamadas o correos electrónicos inesperados, incluso si parecen oficiales, verificar mensajes sospechosos directamente a través de los sitios web oficiales y no ingresar datos apresuradamente. La mejor defensa es la precaución y el escepticismo ante cualquier solicitud urgente de información personal.