Una investigación reveló cómo la publicidad dirigida expone secretos militares.
Las bases militares estadounidenses en Europa se encuentran en riesgo debido a filtraciones de datos de ubicación recopilados para publicidad dirigida. Una investigación ha revelado que empresas de Estados Unidos, que recogen datos de forma legal para publicidad, en realidad permiten rastrear los movimientos del personal en instalaciones militares y de inteligencia. Esto genera riesgos para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Los datos recopilados, que incluyen miles de millones de coordenadas, permitieron a los investigadores identificar rutas y actividades diarias de los militares estadounidenses. Por ejemplo, se registraron dispositivos dentro de instalaciones secretas, como una antigua base de señales de inteligencia de la NSA, zonas de entrenamiento militar y bases con almacenes de armas nucleares. En una de estas bases, la Base Aérea de Büchel, se detectaron datos de 189 dispositivos, lo que permitió conocer detalles sobre rutas y horarios del personal.
El problema radica en los identificadores de publicidad móvil, que se utilizan para personalizar anuncios. Estos códigos únicos se recopilan mediante software integrado en aplicaciones móviles. Los datos se transfieren a intermediarios que luego los analizan, procesan y revenden. Una de estas empresas es Datastream Group, con sede en Florida, que en 2023 proporcionó a los investigadores una muestra de datos que contenía 3.600 millones de coordenadas de dispositivos en Alemania durante un periodo de 59 días.
La investigación demostró que los datos de movimiento de dispositivos pueden usarse para identificar puntos vulnerables. En particular, permiten determinar puntos de acceso, rutas de vigilancia, horas de mayor actividad y periodos en los que las instalaciones están menos protegidas. Esto genera riesgos significativos, incluida la posibilidad de atentados, chantajes al personal o filtraciones de información estratégica.
En la base Ramstein Air Base en Alemania, que apoya operaciones estadounidenses con drones, se registraron 164.223 señales de casi 2.000 dispositivos. Datos similares se recopilaron en otras instalaciones, incluidas zonas de entrenamiento militar. Algunos dispositivos se detectaron no solo en bases militares, sino también en restaurantes, tiendas e incluso lugares de dudosa reputación, lo que aumenta la probabilidad de comprometer a sus propietarios.
El senador Ron Wyden declaró que la industria de venta de datos representa una amenaza directa para la seguridad nacional. Según él, la venta de datos sobre militares viola no solo los principios de seguridad, sino también los derechos de los ciudadanos estadounidenses. Wyden solicitó al Pentágono y a la Comisión Federal de Comercio (FTC) que reforzaran el control sobre estos datos, aunque hasta ahora no ha recibido respuesta. Según se supo, la FTC se prepara para presentar demandas contra empresas que recopilan datos, con el objetivo de clasificar las bases militares estadounidenses como instalaciones protegidas. Sin embargo, las medidas concretas aún están en fase de planificación, lo que genera críticas por parte de expertos.
Los expertos militares destacan que el problema no se limita a altos funcionarios. Los datos del personal técnico o de mantenimiento pueden utilizarse para acceder a sistemas importantes. Un único dispositivo USB conectado a un equipo vulnerable puede causar un daño considerable.
A pesar de la conciencia del Pentágono sobre estas amenazas, desde 2016 la situación prácticamente no ha cambiado. Además, las filtraciones de datos continúan debido a la falta de una regulación estricta. Un informe desclasificado el año pasado señala que los datos comprados a intermediarios pueden ser utilizados para chantajes, persecuciones y otros abusos. Sin embargo, las acciones del Congreso y de las agencias gubernamentales siguen siendo insuficientes.
Además, la investigación reveló que estos datos pueden ser adquiridos prácticamente por cualquier persona. El estudio mostró que los intermediarios de datos apenas verifican a los compradores. En uno de los casos, incluso se ofreció a los investigadores evitar la verificación de identidad por un pago adicional.
El problema se agrava porque los datos permiten identificar no solo los movimientos de individuos, sino también las vulnerabilidades en la seguridad de instalaciones estratégicamente importantes, lo que representa un grave riesgo tanto para los militares como para sus familias. Especialistas y defensores de los derechos humanos piden cambios legislativos urgentes para prevenir futuras filtraciones y reforzar la protección de los datos personales.