La tecnología de reconocimiento facial está dividiendo a la sociedad alemana en dos bandos.
En Alemania se han reavivado los intensos debates sobre el uso de tecnologías de reconocimiento facial en lugares públicos. Recientemente, las autoridades de algunos estados federales, incluidos Sajonia y Berlín, comenzaron a utilizar un sistema avanzado de reconocimiento que permite procesar imágenes faciales casi en tiempo real.
Este sistema está equipado con cámaras de alta resolución que la policía puede instalar, por ejemplo, en automóviles estacionados. Esto permite a las fuerzas del orden público determinar si una persona sospechosa estuvo presente en un lugar determinado, además de escanear las matrículas de los vehículos que pasan.
El uso de esta tecnología ya fue aprobado anteriormente en Berlín para investigar al menos dos casos relacionados con delitos de bandas internacionales.
A pesar de que el sistema de reconocimiento facial registra a todas las personas que se encuentran en el área de vigilancia, lo que los ciudadanos pueden percibir como una vigilancia por parte del gobierno, la fiscalía de Berlín no ve ningún problema en ello.
Sin embargo, numerosos expertos legales han expresado su preocupación por este fenómeno. Tobias Singelnstein, profesor de derecho penal de la Universidad Johann Wolfgang Goethe en Fráncfort, señala una violación significativa de los derechos de los ciudadanos no involucrados en las investigaciones policiales.
La crítica también proviene de legisladores como Niklas Schrader, del partido Die Linke (La Izquierda), quien califica el uso de la tecnología como una grave violación de los derechos humanos.
En el contexto de estos eventos, el Reglamento de la Unión Europea sobre Inteligencia Artificial se menciona cada vez con más frecuencia. Aunque prohíbe el uso de tecnología de reconocimiento facial en tiempo real en lugares públicos, se hacen excepciones para casos en los que las fuerzas del orden están investigando delitos graves o buscando personas desaparecidas.
Organizaciones que defienden la privacidad, como AlgorithmWatch, expresan su insatisfacción con que las restricciones al uso de tecnologías de reconocimiento facial en retrospectiva y en tiempo real, previstas en el Reglamento de IA, sigan siendo mínimas hasta ahora.