Ahorros colosales y un impacto que superó las expectativas más optimistas.

Los científicos de la Universidad de Nagoya en Japón hallaron una forma de cambiar la concepción habitual sobre las propiedades del aluminio, convirtiendo su vulnerabilidad en una ventaja. En un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Communications, el equipo presentó aleaciones resistentes al calor únicas, capaces de soportar temperaturas de hasta 300 grados Celsius —un avance importante para la industria automotriz y aeroespacial, donde son importantes la ligereza y la resistencia al mismo tiempo.
La clave del logro fue la impresión 3D y el uso del hierro —un elemento que antes se consideraba perjudicial para el aluminio. Con los métodos de fabricación convencionales lo vuelve frágil y vulnerable a la corrosión. Sin embargo, la tecnología de fusión por láser de polvos permite enfriar el metal tan rápidamente que las estructuras indeseadas no llegan a formarse. En su lugar aparecen nuevas formaciones microscópicas que mejoran la resistencia y la estabilidad frente al calor.
La composición principal de la aleación incluye aluminio, hierro, manganeso y titanio. Esa combinación dio los mejores resultados, proporcionando no solo alta resistencia a temperatura ambiente, sino también conservación de la flexibilidad y resistencia a las cargas a temperaturas extremas. Los datos de microscopía electrónica lo confirmaron.
El método resultó no solo eficaz sino también práctico. Los elementos empleados son económicos y accesibles, y las aleaciones son más fáciles de imprimir en comparación con los materiales tradicionales de aluminio de alta resistencia, que con frecuencia se agrietan durante la fabricación. Otra ventaja es su adecuación para el reciclaje, lo que reduce la carga sobre el medio ambiente.
El desarrollo abre el camino a la creación de piezas más ligeras y duraderas para motores de automóviles y turbinas de aviones, capaces de operar a temperaturas elevadas. Esto no solo prolonga la vida útil del equipo, sino que también contribuye a reducir el consumo de combustible y las emisiones.
El equipo subraya que su enfoque es aplicable no solo al aluminio: puede convertirse en la base para diseñar nuevos tipos de aleaciones metálicas especialmente adaptadas a las tecnologías de impresión 3D. De ese modo, el hallazgo sienta las bases para una nueva era en la producción de materiales estructurales.