Cómo tu rostro se transforma en un boleto de avión y una prueba de ciudadanía respetuosa de la ley.
Un grupo de 12 senadores envió una carta al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) exigiendo una revisión del uso de la tecnología de reconocimiento facial en los aeropuertos de EE. UU. En el documento expresan su preocupación por la falta de auditorías sobre medidas de privacidad y evaluaciones independientes de la precisión de esta tecnología.
Según la carta, la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) comenzará pronto a implementar esta tecnología en aeropuertos pequeños y medianos, aumentando el total a 430 instalaciones en todo el país. Los senadores cuestionaron la necesidad de aplicar reconocimiento facial, señalando que la TSA ya utiliza escáneres CAT-1, que verifican la autenticidad de los documentos sin necesidad de fotografiar a los pasajeros.
Los autores de la carta destacaron que la implementación del sistema en cientos de aeropuertos grandes y medianos se lleva a cabo sin una evaluación independiente de su precisión ni un análisis de las medidas de protección de los datos de los pasajeros. También señalaron que la TSA no ha presentado al Congreso pruebas de que la tecnología realmente ayuda a identificar documentos falsos, reducir los tiempos de espera en los puntos de control o prevenir que terroristas suban a los aviones.
Anteriormente, representantes de la TSA declararon que el escaneo facial no es obligatorio. Sin embargo, según los senadores, la dirección de la agencia anunció recientemente planes para ampliar el uso de la tecnología más allá de los puntos de control y, en el futuro, convertir este sistema en obligatorio. En la carta se mencionan declaraciones del jefe de la TSA durante una conferencia el año pasado, sobre la posibilidad de que el programa se transforme en la mayor base de vigilancia federal sin la aprobación del Congreso.
Los senadores pidieron una revisión exhaustiva de la eficacia de la tecnología, su impacto real en la aceleración de los controles y su capacidad para evitar que personas de listas negras aborden aviones. También sugirieron evaluar los procesos de recopilación, almacenamiento y eliminación de los datos biométricos de los pasajeros.
Estos sistemas han generado controversias y dudas entre políticos y defensores de los derechos humanos. Por ejemplo, recientemente se informó que se podría utilizar tecnología de reconocimiento facial para identificar y rastrear a niños migrantes en la frontera, incluidos bebés. Sin embargo, el uso de esta tecnología en niños plantea serias cuestiones éticas y prácticas.
Además, el DHS ha recopilado ADN de más de 1,5 millones de inmigrantes en los últimos cuatro años y lo ha incluido en