Google acusado de discriminación: cómo empleados ganaron una demanda por $28 millones

En 2021, Ana Cantu, exempleada de Google, reveló un aspecto poco decoroso de la política de recursos humanos del gigante tecnológico. Gracias a un documento interno filtrado a los medios, se descubrió que la empresa, al contratar, vulneraba sistemáticamente los derechos de especialistas de origen latinoamericano, hispano e indígena. A estos candidatos se les ofrecían puestos de menor rango y salarios más bajos que a sus colegas blancos y asiáticos por el mismo trabajo. Además, Google basaba el salario inicial y el cargo en los sueldos anteriores del candidato, lo que agravaba aún más la desigualdad histórica entre los distintos grupos étnicos.

A la demanda de Cantu se unieron 6.632 empleados de Google que trabajaron en la empresa entre febrero de 2018 y diciembre de 2024. La abogada de los demandantes, Katie Coble, destacó el papel crucial que desempeñaron los propios trabajadores en este caso: tanto quienes sufrieron discriminación como sus colegas que los apoyaron en la lucha por la justicia. Ellos difundieron información sobre sus salarios y compartieron los datos con los periodistas.

El juez del Tribunal Supremo del condado de Santa Clara, en California, Charles Adams, aprobó preliminarmente un acuerdo extrajudicial por un valor de 28 millones de dólares (21,5 millones de libras esterlinas). Aunque la corporación accedió a pagar la compensación, sigue negando las acusaciones. “No estamos de acuerdo con la idea de que hayamos tratado a alguien de manera diferente. Seguimos comprometidos con garantizar condiciones justas de contratación, remuneración y crecimiento profesional para todos nuestros empleados”, declaró un portavoz de Google a los periodistas.

El proceso tiene lugar en un momento complicado para los negocios en Estados Unidos. A principios de 2024, las principales corporaciones estadounidenses comenzaron a cerrar sus programas de apoyo a la diversidad étnica en la contratación. Meta*, Amazon, Pepsi, McDonald's y Walmart ya han abandonado sus políticas DEI (diversidad, equidad e inclusión). Ahora, Google también se suma a esta tendencia.

Este giro está relacionado con la presión política. Donald Trump y sus seguidores critican activamente los programas DEI, y tras su regreso a la Casa Blanca, las instituciones públicas y los contratistas gubernamentales incluso tienen prohibido implementar tales iniciativas.