El manual sobre ataques internos de la década de 1940 reflejó inesperadamente la rutina de la oficina

De manera inesperada para muchos, uno de los recursos de acceso abierto más populares en internet se ha vuelto el manual Simple Sabotage Field Manual , creado durante la Segunda Guerra Mundial por la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos (OSS).

Desclasificado por la CIA en 2008, el documento ocupó de pronto el quinto lugar entre los libros más descargados en el sitio de Project Gutenberg, solo por detrás de obras clásicas como «Romeo y Julieta». Tan solo en el último mes, el manual se descargó casi 60.000 veces y su popularidad sigue creciendo.

El documento describe métodos de sabotaje que podrían emplear ciudadanos comunes para oponerse a los enemigos. El manual contiene recomendaciones para generar caos en el funcionamiento de fábricas, transporte, comunicaciones, estructuras burocráticas e incluso cines. Explica cómo sabotear la producción, dañar equipos, crear interrupciones logísticas y desorganizar la gestión con el mínimo riesgo para el propio saboteador.

El prólogo del documento fue escrito por William Donovan, jefe de la OSS, organización que más tarde sirvió como prototipo de la CIA. En el texto se señala que las técnicas de sabotaje debían ser utilizadas por ciudadanos corrientes sin necesidad de contactar con organizaciones clandestinas ni de recibir entrenamiento especial. Durante la guerra, el manual se usó activamente en Europa para ayudar a la resistencia a llevar a cabo una lucha encubierta contra los nazis.

Aunque el manual contiene indicaciones para acciones destructivas, como incendios provocados, inundaciones de almacenes o daño intencional de herramientas y maquinaria, despierta especial interés por sus recomendaciones para desestabilizar oficinas, estructuras de gestión y burocracia. Entre los métodos propuestos se incluyen:

• Seguir minuciosamente todos los procedimientos formales, evitando simplificaciones;
• Organizar reuniones prolongadas para debatir detalles insignificantes y asuntos poco relevantes;
• Incluir en el orden del día temas ajenos que no guardan relación con el objetivo;
• Asignar a empleados incompetentes en tareas importantes y a los más eficaces, en labores secundarias;
• Fomentar la baja productividad otorgando ascensos y recompensas inapropiadas por trabajo mediocre;
• Duplicar la cantidad de documentos, complicando el proceso de llenado;
• Trabajar lentamente, realizando más movimientos de los necesarios;
• Formular preguntas sobre instrucciones sencillas, fingiendo que no se entienden;
• Cometer errores en la documentación, confundir direcciones y nombres;
• Dejar formularios sin completar o llenarlos de manera ilegible;

La popularidad del manual de sabotaje en 2024 plantea interrogantes. ¿Por qué se ha vuelto tan relevante este documento? ¿Por qué miles de personas lo descargan justo ahora?

Algunos internautas creen que el texto ha vuelto a ganar relevancia debido a los cambios en la cultura corporativa y la gestión gubernamental. Últimamente, muchos empleados de empresas se enfrentan a una creciente presión, incertidumbre, el regreso obligatorio a la oficina tras el teletrabajo, recortes de personal y decisiones corporativas que generan estrés y descontento. En estas circunstancias, las recomendaciones del manual —aunque escritas para tiempos de guerra— resuenan de forma inesperada con la realidad.

El manual de la OSS fue concebido como un arma, pero hoy lo leen personas que simplemente trabajan en corporaciones y organismos públicos. Este documento, desarrollado para desmantelar sistemas enemigos, hace reflexionar sobre el hecho de que los ataques internos son una realidad que se da puertas adentro.