Los ciberdelincuentes han utilizado sistemas de alerta para generar un impacto psicológico masivo.
El grupo de hackers iraní «Handala» declaró ser responsable de un ciberataque masivo contra los sistemas de botones de emergencia en jardines de infancia y escuelas de Israel. Durante el ataque, en las instituciones educativas sonaron sirenas de alerta de ataques con cohetes y se reprodujeron canciones en árabe con llamados al apoyo del terrorismo. Además, decenas de miles de ciudadanos recibieron mensajes SMS con textos alarmantes, presuntamente enviados utilizando una base de datos robada.
Según las declaraciones del grupo, lograron infiltrarse en los sistemas de la empresa «Maagar-Tech», responsable del equipamiento de los botones de emergencia, y utilizaron vulnerabilidades en la interfaz para llevar a cabo el ataque. Como primera medida de seguridad, se recomendó a todas las instituciones afectadas desconectar los dispositivos de la red eléctrica hasta que finalice la investigación. Paralelamente, en el sitio web oficial de la empresa apareció un mensaje sobre mantenimiento técnico, y el acceso al mismo fue temporalmente restringido.
La Autoridad Nacional de Ciberseguridad de Israel confirmó el incidente e informó que está trabajando en la restauración de la seguridad de los sistemas junto con «Maagar-Tech» y el Ministerio de Educación. Los especialistas destacaron que se recomienda a los usuarios actualizar las contraseñas y utilizar combinaciones complejas para prevenir futuros ataques.
Los ciberdelincuentes también afirman haber robado 4 terabytes de datos de las bases del Ministerio de Seguridad Interna, incluyendo información sobre miles de empleados de la policía. Sin embargo, el grado de veracidad de estas afirmaciones aún no está claro, ya que el grupo «Handala» es conocido por exagerar los daños como parte de una guerra psicológica contra Israel.
Los expertos consideran que este incidente podría formar parte de una guerra cibernética más amplia, destinada a generar caos y disminuir la confianza en las estructuras estatales. Las organizaciones involucradas en la investigación deberán determinar cómo los atacantes lograron acceder a los sistemas e implementar medidas de seguridad adicionales para prevenir situaciones similares en el futuro.