De informante a criminal: la IA se volvió contra su creador de contenido prohibido

Las autoridades detuvieron al residente de Alaska, Anthony O'Connor, quien anteriormente había sido informante de la policía, pero durante la investigación se vio él mismo bajo sospecha.

O'Connor notificó a la policía en agosto sobre un miembro de las Fuerzas Aéreas de EE. UU. que compartía con él materiales CSAM. Durante la investigación, con el consentimiento de O'Connor, las autoridades federales registraron su teléfono para obtener información adicional. Al revisar los dispositivos electrónicos, se descubrió que O'Connor había sugerido al militar crear materiales sexuales similares utilizando tecnologías de realidad virtual.

Según los documentos del caso, el militar compartió una foto de un niño en una tienda de comestibles, después de lo cual los dos discutieron la creación de imágenes CSAM generadas por IA. O'Connor sugirió crear una imagen virtual por $200, planeando colocar el modelo de IA en una piscina virtual.

Captura de pantalla de la conversación de los delincuentes (documentos judiciales)

Durante el registro en la casa de O'Connor, las fuerzas del orden encontraron una computadora y varios discos duros ocultos en una rejilla de ventilación. En los dispositivos electrónicos se encontraban 6 imágenes generadas por IA, así como materiales CSAM reales. En su interrogatorio, O'Connor declaró que había descargado los materiales prohibidos «de manera no intencionada» e incluso había informado sobre tales contenidos a los proveedores de Internet. Sin embargo, el sospechoso admitió haber «disfrutado» al ver dichos materiales.

La fiscalía de Alaska, que lleva el caso de O'Connor, no ha proporcionado información adicional. El abogado del sospechoso tampoco ha comentado la situación. O'Connor permanece detenido hasta la próxima audiencia judicial, programada para el 6 de enero.

Los expertos señalan que la creación de materiales ilegales utilizando IA no es un «delito sin víctimas», ya que a menudo dicho contenido se mezcla con imágenes reales, lo que agrava el problema de la explotación infantil.