Un nuevo algoritmo podrá detectar incluso el melanoma a través del tacto.
La inteligencia artificial ha aprendido a diferenciar superficies al tacto gracias al trabajo de científicos del Stevens Institute of Technology. Hasta ahora, las máquinas podían "ver" gracias a los avances en visión computacional, así como mantener diálogos, analizar e interpretar datos. Este nuevo método les permitirá también "sentir" con aplicaciones en medicina, industria y otros campos.
Un equipo liderado por el profesor de física Yong Meng Sua combinó la mecánica cuántica con la inteligencia artificial para crear un sistema que analiza texturas mediante impulsos láser.
Un escáner láser dirige pulsos de luz hacia la superficie. Los fotones que regresan llevan consigo un "ruido de moteado", un fenómeno generalmente considerado como una interferencia. Sin embargo, los algoritmos de IA descifran este ruido, identificando características microscópicas del relieve.
El método fue probado en papeles de lija industriales con diferentes grados de rugosidad, que varían entre 1 y 100 micrones. Usando impulsos láser ultrarrápidos, el equipo logró un margen de error de solo 8 micrones, y posteriormente mejoró el resultado hasta 4 micrones. Según los autores, la tecnología es especialmente efectiva para materiales de grano fino, como películas de diamante y óxido de aluminio.
Uno de los principales usos potenciales se encuentra en la medicina. Por ejemplo, la inteligencia artificial podría distinguir entre formaciones benignas y malignas en la piel basándose en diferencias microscópicas de textura imperceptibles al ojo humano. Esto sería especialmente útil para el diagnóstico temprano del melanoma.
No menos prometedor es el uso de máquinas "sensibles" en la industria. El sistema ayudará a controlar la calidad de los productos detectando defectos a nivel de micrones, asegurando que componentes de equipos de alta precisión y otros dispositivos complejos cumplan con los estándares requeridos.
El desarrollo también podría ampliar las capacidades de tecnologías como LiDAR, utilizadas en automóviles autónomos y teléfonos inteligentes.
Así, el enfoque del Stevens Institute of Technology combina la física cuántica y la inteligencia artificial para resolver problemas complejos con un alto nivel de detalle. Este invento no solo mejora tecnologías existentes, sino que también crea nuevas herramientas para la diagnosis, la producción y la gestión de procesos.