Un caso en el que un simple ciberataque compromete la seguridad física.
En Japón, se produjo una filtración de datos de un centro de ayuda para víctimas de la yakuza, lo que podría generar amenazas a la seguridad física de los afectados. El incidente ocurrió en el Centro de Promoción de la Prevención de la Violencia de la prefectura de Kumamoto, que ayuda a las personas a evitar la extorsión y romper vínculos con miembros de sindicatos criminales.
Según la organización, la filtración afectó a 2500 personas que utilizaron sus servicios. Los hackers accedieron a información personal tras un exitoso ataque de phishing. La filtración podría incluir datos como direcciones, números de teléfono y nombres de las víctimas.
Según explicaron en el centro, el 15 de noviembre un empleado de la organización ingresó en un sitio web fraudulento y proporcionó involuntariamente los accesos necesarios a los atacantes. Tras detectar el ataque, se desconectaron inmediatamente la alimentación y la conexión a internet, aunque no se puede descartar el riesgo de filtración de información.
En el sitio web oficial del centro se publicó una advertencia: si se reciben solicitudes por correo o teléfono, supuestamente en nombre de empleados del centro, no responder y reportar el contacto sospechoso de inmediato.
Los expertos temen que la filtración pueda ser utilizada para extorsionar nuevamente o acosar a quienes intentaron salir del mundo del crimen organizado. El centro ya ha comenzado a informar activamente a los afectados.
En Japón, la yakuza sigue siendo una de las estructuras criminales más poderosas, amenazando a los ciudadanos con extorsiones y violencia. El incidente de la filtración de datos subraya la necesidad de fortalecer la ciberseguridad, especialmente en organizaciones que trabajan con grupos vulnerables de la población.