¿Podrá Tesla aprovechar esta oportunidad única para hacer realidad sus ambiciones?
Las estrechas relaciones de Elon Musk con Donald Trump y el apoyo multimillonario a la campaña electoral de este último podrían tener objetivos ocultos. Por ejemplo, acelerar la implementación de los automóviles autónomos de Tesla en las carreteras estadounidenses. Según informa Reuters, Musk está utilizando activamente su posición actual para lograr cambios en la regulación de los vehículos sin conductor, especialmente en un entorno de leyes estadounidenses complicadas y fragmentadas.
Actualmente, Tesla enfrenta dificultades debido a los requisitos divergentes para vehículos autónomos en distintos estados, y Musk ve una solución en la creación de un estándar federal unificado. Tal medida, según él, simplificaría el proceso de aprobación de los automóviles autónomos y abriría el camino para el uso comercial del robotaxi previamente presentado en todo el país.
Musk ha expresado en varias ocasiones su frustración por la "dolorosa" regulación a nivel estatal. Confía en que, con la llegada de Trump al poder, se pueda acelerar la adopción de un enfoque unificado para los automóviles autónomos. Recientemente, Trump designó a Musk y a otro aliado para encabezar una nueva estructura destinada a mejorar la eficiencia de la administración pública, lo que podría aumentar su influencia en la legislación de transporte.
No obstante, incluso con el posible apoyo a nivel federal, Tesla todavía tiene que superar serios obstáculos tecnológicos y legales. En particular, la empresa está significativamente rezagada frente a competidores como Waymo en términos de pruebas y explotación comercial de vehículos autónomos. A pesar de las promesas de Musk, Tesla aún está lejos de un robotaxi completamente funcional que pueda operar de forma segura sin intervención humana.
Competidores como Waymo y Cruise han acumulado millones de millas de pruebas en los últimos años y ya han obtenido permisos para la operación comercial de taxis sin conductor en California. Tesla, en cambio, ha realizado solo pruebas mínimas desde 2016 y no ha actualizado los informes sobre tecnologías autónomas para los reguladores de California desde 2019. Musk, sin embargo, sigue siendo optimista y planea lanzar versiones autónomas de los modelos de Tesla en Texas y California para finales de este año.
No obstante, incluso si Tesla logra cambios en la legislación, la compañía enfrentará serios desafíos al intentar eximirse de responsabilidad por accidentes si sus vehículos son reconocidos como totalmente autónomos. Las aseguradoras aún no están preparadas para asegurar en masa estos vehículos, lo que complica los planes de la empresa para su introducción al mercado.
Ahora que Musk utiliza su influencia política para acelerar el avance de las tecnologías autónomas, queda abierta la pregunta de si sus esfuerzos lograrán convertir a Tesla en un líder en este nuevo campo de batalla.