Cada dos años, la IA produce una montaña de residuos tóxicos que representan un peligro para toda la humanidad.
Según un estudio, para el año 2030, la IA generativa podría llegar a ser la fuente de hasta 5 millones de toneladas métricas de residuos electrónicos (e-waste). Aunque esto representa solo una pequeña parte del volumen global anual de 60 millones de toneladas, los expertos subrayan la importancia de abordar este problema a tiempo.
Los residuos electrónicos incluyen aires acondicionados, televisores, dispositivos móviles, laptops y otros equipos fuera de uso que contienen materiales tóxicos que, si no se eliminan correctamente, pueden representar un riesgo para la salud humana y el medio ambiente. Además, metales valiosos que podrían reciclarse también se desechan con estos dispositivos, perdiendo su valor para la industria.
La principal contribución de la IA generativa a los residuos electrónicos proviene de dispositivos de computación de alto rendimiento utilizados en centros de datos, como servidores, procesadores gráficos y centrales, módulos de memoria y unidades de almacenamiento. Al igual que otros tipos de electrónicos, estos dispositivos contienen metales valiosos, como cobre, oro, plata, aluminio y elementos de tierras raras, además de sustancias perjudiciales, como plomo, mercurio y cromo.
Una de las razones de los grandes volúmenes de residuos en la industria de IA es la rápida renovación de equipos, que suelen tener una vida útil de 2 a 5 años. La constante sustitución de dispositivos obsoletos por versiones más avanzadas lleva a la acumulación de equipos innecesarios, que a menudo no se reciclan.
Los expertos señalan que el problema de los residuos electrónicos va más allá de una sola industria, pero el rápido desarrollo de la IA puede impulsar la revisión de los métodos de manejo de este tipo de basura. Prolongar la vida útil de los dispositivos y reutilizar componentes podría reducir considerablemente los volúmenes de residuos. Según el estudio, la aplicación de estas estrategias, que incluyen reciclaje y mejoras en el diseño, podría reducir la generación de residuos electrónicos en un 86% en el mejor de los casos.
Actualmente, solo alrededor del 22% de los residuos electrónicos se reciclan oficialmente, y grandes volúmenes se recolectan y procesan en condiciones informales, especialmente en países de bajos ingresos, donde no existe una infraestructura establecida para gestionar estos desechos. Estos sistemas informales permiten recuperar metales valiosos, pero no siempre garantizan la eliminación segura de las sustancias tóxicas, lo que crea riesgos ambientales adicionales.
Además de la falta de infraestructura, otro obstáculo para el reciclaje de residuos de IA es la seguridad de los datos. Muchas empresas prefieren destruir los equipos antiguos para evitar fugas de información. Para integrar la eliminación de desechos en el proceso de producción y asegurar simultáneamente la seguridad de los datos, será necesario implementar más tecnologías para la eliminación confiable de la información antes del reciclaje.
Para una gestión eficaz de los residuos electrónicos, se requerirán medidas legislativas adicionales que promuevan el reciclaje de metales valiosos, como el hierro, el oro y la plata. Sin embargo, incluso con el beneficio potencial, el reciclaje sigue siendo un proceso costoso, ya que requiere métodos especiales de manejo de materiales tóxicos.
Según los científicos, la responsabilidad por las consecuencias ecológicas y sociales de los productos fabricados debe ser una prioridad para las empresas productoras. Este enfoque permitirá minimizar el impacto de la tecnología en la salud humana y el medio ambiente.