La ESA compartió un mosaico estelar de 208 gigapíxeles.
La Agencia Espacial Europea (ESA) presentó un fragmento del atlas estelar obtenido por el telescopio espacial Euclid. Esta grandiosa panorámica del cielo del sur cubre un área que es 500 veces más grande que el tamaño visible de la Luna llena y contiene alrededor de 14 millones de galaxias.
El telescopio Euclid, lanzado en 2023 con la participación de la NASA, está diseñado para estudiar la misteriosa energía oscura, la presunta causa de la expansión acelerada del universo. Durante dos semanas de observaciones en marzo y abril de 2024, el aparato recopiló datos a partir de los cuales se construyó un mosaico de 208 gigapíxeles.
La impresionante panorámica muestra solo el 1% del cielo que Euclid observará durante sus seis años de operación. Sin embargo, incluso este pequeño fragmento contiene alrededor de 100 millones de estrellas y galaxias, de las cuales 14 millones de objetos pueden utilizarse para estudiar el impacto de la energía oscura en el universo.
Jason Rhodes, científico principal estadounidense de la misión Euclid del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, destacó que la nueva imagen ofrece una idea de la magnitud del estudio, que permitirá medir en detalle los parámetros de miles de millones de galaxias.
Las cámaras sensibles del telescopio capturaron una cantidad increíble de objetos cósmicos con un detalle sorprendente. Con un aumento de 600 veces en el fragmento, es posible observar la estructura compleja de una galaxia espiral en el cúmulo Abell 3381, que se encuentra a 470 millones de años luz de la Tierra.
Mike Seiffert, director científico de la contribución de la NASA a la misión Euclid, subrayó el enorme rango de escalas físicas cubiertas por las nuevas imágenes: desde cúmulos estelares individuales en galaxias hasta las estructuras más grandes del universo.
En las imágenes también se pueden ver nubes de gas y polvo entre las estrellas de la Vía Láctea, conocidas como "cirros galácticos". Estas formaciones reflejan la luz visible de la Vía Láctea y pueden ser capturadas por la cámara de luz visible del telescopio Euclid.
El fragmento del atlas presentado es solo una muestra de lo que los científicos pueden esperar en el futuro. En marzo de 2025, se lanzarán los datos sobre 53 grados cuadrados del relevamiento de Euclid, que incluirán los primeros resultados de las áreas de campo profundo. Y en 2026 se publicarán los datos cosmológicos del primer año de la misión.
La futura misión de la NASA Nancy Grace Roman, cuyo lanzamiento está previsto para mayo de 2027, contribuirá al estudio de la energía oscura. Este telescopio observará una zona más pequeña del cielo que Euclid, pero proporcionará imágenes de galaxias con mayor resolución y mirará más profundamente en el pasado del universo.
La misión Euclid es un proyecto internacional liderado por la ESA con la participación de más de 2000 científicos de 300 institutos en 15 países europeos, así como de Estados Unidos, Canadá y Japón. La NASA proporcionó detectores y electrónica para el espectrómetro de infrarrojos y el fotómetro NISP, además de participar en el procesamiento y almacenamiento de los datos científicos.
El telescopio Euclid está equipado con cámaras de los rangos visible e infrarrojo, lo que le permite observar objetos cósmicos en varios espectros de radiación. Esto ofrece a los científicos la posibilidad de obtener información integral sobre la estructura y propiedades de las galaxias en diferentes etapas de la evolución del universo.
Las investigaciones realizadas con Euclid ayudarán a los astrónomos no solo a desentrañar el misterio de la energía oscura, sino también a comprender mejor los procesos de formación de galaxias, la distribución de la materia oscura y la estructura general del cosmos. Esto abre nuevos horizontes en el estudio de las leyes fundamentales de la física y el origen del universo.
En resumen, la misión Euclid marca una nueva era en la investigación cosmológica, proporcionando a los científicos una cantidad de datos sin precedentes sobre galaxias distantes y la estructura a gran escala del universo. Esta información podría llevar a descubrimientos revolucionarios en astrofísica y cosmología, y a una reevaluación de nuestras ideas sobre la naturaleza del espacio y el tiempo.