La policía alemana cierra 47 intercambiadores de criptomonedas en la sombra y comienza la búsqueda de los delincuentes.
En el marco de una operación a gran escala bajo el nombre en clave "Final Exchange", las fuerzas del orden de Alemania interrumpieron las actividades de 47 intercambiadores ilegales de criptomonedas. Estas plataformas ofrecían servicios de intercambio de activos digitales sin cumplir con los procedimientos obligatorios de identificación de clientes, lo que creaba las condiciones ideales para el lavado de dinero procedente de actividades delictivas.
La Oficina Federal de Policía Criminal de Alemania (BKA) informó que los intercambiadores incautados eran un eslabón clave en la cadena de legitimación de fondos obtenidos de forma ilícita. Entre los clientes de estos servicios se encontraban grupos de hackers especializados en extorsión mediante ransomware, traficantes de bienes prohibidos en la darknet y operadores de botnets.
Ahora, al intentar acceder a los sitios web de los intercambiadores cerrados, los usuarios son redirigidos a una página especial de advertencia. En ella se informa que las fuerzas del orden han accedido a todos los servidores de estas plataformas, incluidos los de trabajo, prueba y respaldo. La policía tiene en sus manos datos sobre transacciones, información de registro y direcciones IP de los clientes.
Los intercambiadores más grandes cerrados fueron:
Los investigadores destacan que los propietarios de estas plataformas engañaron a sus clientes durante años, asegurándoles la completa anonimidad de las transacciones. Sin embargo, la realidad fue completamente diferente: todos los datos fueron cuidadosamente almacenados y ahora se utilizarán para identificar y responsabilizar a las personas implicadas en actividades ilegales.
Según la BKA, los operadores de los intercambiadores cerrados enfrentan cargos penales por lavado de dinero y administración de plataformas comerciales ilegales en internet. Según la legislación alemana, tales delitos conllevan penas de prisión de hasta varios años.
A pesar del éxito de la operación, no se ha informado de ningún arresto hasta el momento. Las fuerzas del orden reconocen que muchos ciberdelincuentes identificados están bajo la protección de los países en los que residen, lo que dificulta su persecución.
Sin duda, el cierre de una cantidad tan grande de intercambiadores ilegales de criptomonedas supone un golpe significativo a la infraestructura del cibercrimen. Sin embargo, los expertos advierten que podrían surgir nuevas plataformas en el lugar de las liquidadas, utilizando métodos aún más sofisticados para ocultar sus actividades.