¿Podrá la ciencia llegar a un acuerdo con SpaceX?
Un grupo de científicos del Instituto Holandés de Radioastronomía (ASTRON) ha descubierto que los satélites Starlink V2, lanzados por la empresa SpaceX, emiten 32 veces más radiación electromagnética no intencionada (UEMR) que sus predecesores. Este hallazgo ha generado una gran preocupación en la comunidad científica, ya que un nivel de radiación tan alto podría interferir gravemente con el funcionamiento de los radiotelescopios en todo el mundo.
La investigación, publicada en una revista científica , se basa en observaciones realizadas con el radiotelescopio LOFAR en los Países Bajos. El autor principal del estudio, Cees Bassa de ASTRON, señala: "En comparación con las fuentes astrofísicas más débiles que observamos con LOFAR, la UEMR de los satélites Starlink es 10 millones de veces más brillante. Esta diferencia es comparable a la diferencia entre las estrellas más tenues visibles a simple vista y el brillo de la luna llena".
El problema se agrava con el hecho de que SpaceX lanza alrededor de 40 satélites Starlink de segunda generación cada semana. Esto significa que la situación solo empeorará con el tiempo si no se toman medidas. Curiosamente, el mismo grupo de científicos publicó el año pasado un estudio que revelaba la presencia de UEMR en los satélites Starlink de primera generación. Sin embargo, en ese momento, el nivel de radiación era de solo unos pocos microwatts, lo cual ya causaba interferencias en las observaciones radioastronómicas, pero no era tan crítico.
Los nuevos satélites V2 no solo emiten una señal mucho más potente, sino que también lo hacen en un rango más amplio de frecuencias de radio, incluidas aquellas que los astrónomos utilizan para observar el espacio. En el estudio anterior, se descubrió que los satélites Starlink emitían UEMR en un rango de entre 110 y 188 megahercios. Precisamente en este rango, los nuevos satélites V2 resultaron ser 32 veces más brillantes que sus predecesores. Lo que preocupa aún más es que, en frecuencias más bajas, de entre 10 y 88 MHz, 27 de los 29 satélites Starlink observados emitían UEMR "extremadamente brillante", mientras que los satélites V1 no creaban interferencias en ese rango.
Hay un aspecto positivo: los astrónomos señalaron que los satélites V2 no emiten UEMR en las frecuencias de 125, 135 y 150 MHz, a diferencia de los aparatos V1. Sin embargo, esta mejora se ve completamente anulada por la radiación de banda ancha más fuerte, que afecta a una porción mucho mayor del espectro de observación.
Además, el nivel de UEMR de los satélites Starlink V2 supera los límites establecidos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
El impacto de los satélites Starlink en la radioastronomía puede manifestarse de diferentes maneras. En primer lugar, reducirá la sensibilidad de los radiotelescopios de baja frecuencia debido al creciente número de satélites en órbita. Lo que preocupa especialmente a los científicos es la radiación electromagnética no intencionada de banda ancha (UEMR), que puede interferir en todo el rango de observación. Además, los telescopios interferométricos con antenas cercanas entre sí enfrentan un problema adicional: los satélites pueden aparecer en la misma área del cielo durante las observaciones. Esto dificulta separar las señales de los satélites de los objetos espaciales observados y puede dar lugar a señales falsas en áreas extensas.
Actualmente, no existen normas internacionales que limiten el nivel de radiación electromagnética no intencionada de los satélites. Por lo tanto, los astrónomos deben dirigirse directamente a las empresas que lanzan los aparatos y pedirles que cumplan con sus promesas de reducir las interferencias.
Federico Di Vruno, astrónomo del observatorio Square Kilometer Array y coautor de ambos estudios, señala que tras la publicación del primer trabajo el año pasado, la situación mejoró. SpaceX solucionó rápidamente el problema en cuestión de semanas. Sin embargo, las razones por las que los satélites V2 ahora emiten una radiación mucho más brillante aún no están claras.
A pesar de esto, los astrónomos confían en la disposición de SpaceX para ayudar. "Hablamos con ellos y les pedimos que investigaran este asunto con urgencia", dijo Di Vruno. "Dado lo rápido que lanzan nuevos satélites, este caso requiere una atención inmediata".
Los investigadores creen que será difícil solucionar el problema con los satélites ya lanzados, ya que la fuente de la radiación probablemente se encuentra en la propia estructura de la electrónica de a bordo. Sin embargo, no pueden afirmarlo con certeza. SpaceX aún no ha comentado la situación ni ha respondido a las preguntas de los científicos.