El Observatorio Vera Rubin comienza a trabajar en un mapa detallado del cielo del sur.
En Chile, se está preparando el lanzamiento de un proyecto único que cambiará nuestra forma de observar el cosmos. El Observatorio Vera C. Rubin, que lleva el nombre de la astrónoma estadounidense que estudió la materia oscura, pronto comenzará a crear uno de los mapas más grandes de la historia del cielo estrellado.
Durante los próximos 10 años, este telescopio de alta tecnología capturará millones de objetos astronómicos diariamente. La velocidad de captura es impresionante: más de 100 cuadros por segundo. Esta intensidad de observación permitirá a los científicos obtener una cantidad de datos sin precedentes sobre la dinámica de los procesos cósmicos.
Cada tres noches, el sistema reorientará y estabilizará el telescopio. Las imágenes en los rangos de luz ultravioleta, visible e infrarroja podrán compararse fácilmente con observaciones anteriores. De esta manera, los científicos tendrán a su disposición una "película" detallada que mostrará cómo cambia el cosmos con el paso de los años.
Mann destaca: aunque se han realizado estudios a gran escala del cielo y exploraciones profundas de ciertas áreas en el pasado, este proyecto se diferencia por su combinación sin precedentes de profundidad, cobertura espectral y espacial, así como resolución temporal. Seremos capaces de descubrir nuevas clases de fenómenos variables o transitorios que antes eran inaccesibles para la ciencia.
Estas nuevas observaciones podrían llevar al descubrimiento de misterios aún más profundos del cosmos, desde su origen hasta su posible final. El Observatorio Vera Rubin será un verdadero avance en el mapeo del sistema solar y ayudará a comprender mejor su formación y evolución. La información obtenida se transmitirá a través de internet a siete centros especializados de procesamiento de datos en todo el mundo. Se espera que los científicos, prácticamente en todas partes, puedan utilizar esta información para buscar nuevos fenómenos astronómicos.
A finales de septiembre, el observatorio llevará a cabo un lanzamiento de prueba, pero la operación completa comenzará solo a principios del próximo año. Entonces se activará la cámara principal, con una resolución de 3,2 gigapíxeles (la más grande jamás creada) y un peso de tres toneladas, equipada con filtros robotizados. Durante los primeros 10 años de su misión, el observatorio realizará más de 800 exploraciones profundas de todo el cielo del sur.
Mario Jurić, astrónomo y especialista en datos de la Universidad de Washington, explica: observar los cambios en el cosmos permitirá detectar objetos que varían en brillo —estrellas variables, supernovas, agujeros negros en los centros de galaxias distantes que absorben gas y otros cuerpos celestes. Además, el observatorio podrá detectar prácticamente cualquier objeto en movimiento en el sistema solar, incluidos asteroides, cometas y, posiblemente, incluso planetas desconocidos.
La cantidad de datos que generará el sistema es impresionante: alrededor de 20 terabytes cada noche (en 10 años, unos 60 petabytes). Esto equivale a 30 billones de páginas impresas.