¿Duermen los extraterrestres? Los investigadores exploran cómo late la vida en mundos lejanos

¿Duermen los extraterrestres? Los investigadores exploran cómo late la vida en mundos lejanos

Descubrimientos inusuales sobre planetas donde el sol nunca se pone.

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Al estudiar planetas potencialmente habitables en nuestra galaxia, los científicos se plantearon una pregunta inesperada: ¿duermen los extraterrestres? Resulta que muchos de los exoplanetas pueden no tener el ciclo de día y noche al que estamos acostumbrados, lo que pone en duda la necesidad del sueño para posibles formas de vida.

Los astrónomos han calculado que en la Vía Láctea podrían existir entre 28 y 40 mil millones de planetas potencialmente aptos para la vida. La mayoría de ellos giran alrededor de enanas rojas, pequeños y fríos objetos que constituyen el 70% de todas las estrellas.

Los objetos ubicados en la "zona de Ricitos de Oro" de las enanas rojas han sido denominados m-Tierras. Son radicalmente diferentes de nuestra Tierra. Debido a su proximidad a sus estrellas, la mayoría de las m-Tierras probablemente están atrapadas por fuerzas de marea. Esto significa que un lado del planeta siempre está orientado hacia la estrella, mientras que el otro se encuentra en constante oscuridad. En estos planetas no hay alternancia entre día y noche, ni estaciones. De hecho, el año en ellos equivale a un día. Se supone que las condiciones en el exoplaneta más cercana a nosotros, Próxima Centauri b, ubicada a unos 4 años luz de distancia, son precisamente así.

La ausencia de ritmos diarios plantea a los científicos otra intrigante pregunta: ¿cómo podría funcionar la vida sin los ciclos de actividad y descanso a los que estamos acostumbrados? En la Tierra, los ritmos circadianos influyen en la bioquímica, la temperatura corporal, la regeneración celular y el comportamiento de todos los seres vivos, desde las bacterias hasta los humanos.

Para entender cómo podría ser la vida sin el ciclo diario, los investigadores se han centrado en el estudio de organismos que habitan en ambientes sin luz en nuestro planeta. Sorprendentemente, muchos de ellos aún poseen biorritmos sincronizados con otros estímulos del entorno. Por ejemplo, las ratas topo desnudas, que pasan toda su vida bajo tierra sin ver nunca el sol, tienen relojes circadianos ajustados a las variaciones diarias y estacionales de temperatura y precipitaciones. Los mejillones y camarones de aguas profundas se sincronizan con las mareas oceánicas, y las bacterias en el intestino humano con las fluctuaciones de melatonina en el cuerpo de su huésped.

Los científicos han creado modelos climáticos para simular las condiciones en las m-Tierras. Los resultados mostraron que el contraste entre el lado diurno y el nocturno del planeta podría generar vientos potentes y ondas atmosféricas. En el lado diurno, probablemente se formarían densas nubes cargadas de rayos. La interacción entre los vientos, las ondas atmosféricas y las nubes podría causar ciclos regulares de cambios en la temperatura, humedad y precipitaciones. La duración de estos ciclos probablemente varía entre decenas y cientos de días terrestres, sin estar necesariamente relacionada con el período de rotación del planeta.

Los investigadores sugieren que la vida en las m-Tierras podría haber evolucionado sincronizándose con estos ciclos. Así, los organismos locales habrían desarrollado biorritmos basados en cambios climáticos en lugar de en el ciclo de día y noche. Una hipótesis aún más audaz propone la existencia de especies que migran entre el lado diurno y el lado nocturno del planeta para descansar y recuperarse. Una especie de "ritmo circadiano en el espacio", en lugar de en el tiempo.

El estudio de posibles formas de vida en exoplanetas nos obliga a replantearnos muchos conceptos básicos de la biología. Nos recuerda que si la vida extraterrestre existe, probablemente será radicalmente diferente de la nuestra y nos sorprenderá en muchos aspectos.

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