La campaña de manipulación pro-china ha cobrado impulso en el período previo a las elecciones.
La operación de influencia china Spamouflage ha intensificado sus esfuerzos antes de las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2024. Según un informe de la empresa Graphika, detrás de esta actividad maliciosa están estructuras vinculadas al estado chino que difunden desinformación dirigida a generar tensión en la sociedad estadounidense. El objetivo principal es aumentar las divisiones sociales y políticas, influyendo en la percepción de cuestiones clave como el control de armas, la falta de vivienda, la adicción a las drogas y la desigualdad racial.
Los investigadores identificaron 15 cuentas falsas en la plataforma X y una cuenta en TikTok que se hacían pasar por ciudadanos estadounidenses. Estas cuentas difundían contenido que criticaba tanto a los candidatos demócratas como a los republicanos, incluidos el presidente Joe Biden, el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris. La estrategia principal es sembrar dudas sobre la legitimidad de las elecciones en EE. UU. y presentar al país en una luz negativa.
A pesar de los esfuerzos activos por hacerse pasar por usuarios estadounidenses reales, la mayoría de las cuentas no recibieron un apoyo significativo entre las comunidades reales en internet. La excepción fue una cuenta de TikTok que publicó un video que alcanzó 1,5 millones de visualizaciones.
La operación Spamouflage no se limita solo a esta campaña electoral. Ha estado en funcionamiento desde 2019 y difunde narrativas prochinas en más de 40 plataformas. Desde 2023, la actividad de Spamouflage ha aumentado significativamente, y cada mes los métodos de desinformación se vuelven más sofisticados, incluido el uso de tecnologías de IA generativa para crear contenido falso.
A principios de este año, el Instituto de Diálogo Estratégico de EE. UU. también publicó un informe en el que informó del descubrimiento de cuentas similares que apoyaban a Donald Trump. Sin embargo, los datos más recientes muestran que la operación es mucho más amplia y afecta a un público estadounidense más amplio.
Los expertos creen que las estructuras chinas continuarán sus intentos de influir en la opinión pública en EE. UU. hasta las elecciones de 2024.