Los delincuentes llevaron a cabo alrededor de 100 ataques de swatting en los EE.UU.

En los Estados Unidos, dos ciudadanos extranjeros han sido acusados de participar en una conspiración prolongada para organizar lo que se conoce como «swatting», dirigido contra legisladores estadounidenses, particulares, instituciones religiosas y empresas.

El «swatting» es una práctica peligrosa en la que los delincuentes informan anónimamente a la policía sobre un supuesto delito grave en curso, como la toma de rehenes o una amenaza de bomba, para provocar la intervención urgente de las fuerzas especiales en la dirección de la víctima. Esto no solo desvía los recursos policiales de las verdaderas emergencias, sino que también pone en peligro la vida de las personas en la dirección indicada por los delincuentes.

Según la acusación, Tomasz Szabo, de 26 años, de Rumanía, y Nemanja Radovanovic, de 21 años, de Serbia, participaron en esta actividad delictiva desde diciembre de 2020 hasta enero de 2024. Según la acusación, Szabo y Radovanovic, junto con otros cómplices, recolectaron información personal de sus víctimas, incluyendo direcciones residenciales, y la utilizaron para enviar informes falsos sobre emergencias. Szabo era el organizador y moderador de los grupos en los que los conspiradores intercambiaban información, utilizando varios seudónimos.

La acusación sostiene que los delincuentes llevaron a cabo alrededor de 40 ataques contra particulares y 61 ataques contra funcionarios, incluidos miembros del Congreso de los EE. UU., representantes de agencias federales y autoridades ejecutivas. Además, los acusados amenazaron con explosiones a cuatro empresas privadas, cuatro instituciones religiosas y una universidad.

Las autoridades policiales subrayaron que el «swatting» no es una broma inofensiva, sino un delito grave que pone en peligro la vida de las personas y desvía los recursos policiales de la ayuda real. En el caso participaron agentes del Servicio Secreto de EE. UU., el FBI, la Policía del Capitolio y otros organismos, que unieron fuerzas para capturar a los delincuentes.

Los acusados, Szabo y Radovanovic, ahora enfrentarán un juicio por varios cargos, incluidos conspiración y la transmisión de amenazas falsas. La acusación es solo una afirmación de culpabilidad, y los acusados se consideran inocentes hasta que su culpabilidad sea probada en un tribunal.