Cómo ChatGPT se convirtió en el centro de un escándalo internacional.
El 16 de agosto, la empresa OpenAI informó sobre el bloqueo masivo de cuentas relacionadas con una operación iraní de influencia encubierta, en la cual se utilizaba ChatGPT para crear contenido, incluyendo temas relacionados con las próximas elecciones presidenciales en EE.UU. En el comunicado de la empresa, se destacó que estas cuentas formaban parte de un grupo llamado «Storm-2035».
La operación «Storm-2035» empleaba inteligencia artificial para generar materiales sobre diversos temas, incluyendo las elecciones en EE.UU., los conflictos en Gaza y los eventos políticos en Venezuela. El contenido de estos materiales se difundía a través de redes sociales y sitios web que se presentaban como portales de noticias, representando posturas políticas opositoras.
OpenAI subrayó que la mayoría de las publicaciones creadas en el marco de la operación no generaron una respuesta significativa, acumulando una cantidad mínima de «me gusta», compartidos y comentarios. Además, se descubrió que los artículos largos, redactados con la ayuda de ChatGPT, apenas se difundían en las redes sociales.
El contenido se creaba en inglés y español y se publicaba en varias cuentas en X e Instagram. En algunos casos, la IA utilizaba los comentarios de otros usuarios para aumentar el impacto.
El grupo también abordaba temas muy variados, como moda y belleza, para crear una apariencia de autenticidad en las cuentas y atraer a la audiencia más amplia posible. Además de los asuntos políticos, «Storm-2035» usaba las plataformas para discutir cuestiones relacionadas con los derechos LGBT, la independencia de Escocia y la presencia de Israel en los Juegos Olímpicos.
Esta operación fue una de las que la empresa Microsoft había advertido previamente. Según sus datos, «Storm-2035» intentaba activamente influir en grupos de votantes en EE.UU. con el objetivo de sembrar el caos, socavar la autoridad y generar dudas sobre la legitimidad de las elecciones.
En respuesta a las medidas reforzadas de control, como el bloqueo de cuentas y la reducción de la actividad, los perpetradores comenzaron a cambiar de táctica, creando contenido no político y falsificando portales de medios populares. Meta y Google también informaron sobre intentos similares por parte de otros grupos para difundir propaganda y ataques de phishing.
Estos acontecimientos subrayan la creciente amenaza de influencia externa en los procesos políticos de diversos países, lo que requiere un monitoreo constante y un refuerzo de las medidas de seguridad a nivel global.